lunes, 19 de diciembre de 2016


CAOS: LOS PASQUINES DEL ANARQUISMO ONTOLOGICO- Por Hakim Bey

Dedicado a Ustad Mahmud Ali Abd al Khabir



Caos

CAOS NUNCA MURIO. Bloque primordial sin esculpir, único excelentísimo monstruo, inerte y espontáneo, más ultravioleta que ninguna ideología (como las sombras antes de Babilonia), la homogénea unidad original del ser todavía irradia serena como los negros pendones de los Asesinos, perpetua y azarosamente ebria.
Caos precede a todo principio de orden y entropía, no es ni Dios ni gusano, sus deseos insensatos abarcan y definen toda posible coreografía, todo éter y flogisto1 sin sentido sus máscaras son cristalizaciones de su propia falta de rostro, como las nubes.
Todo en la naturaleza es perfectamente real incluyendo la conciencia, no hay absolutamente nada de lo que preocuparse. No sólo se han roto las cadenas de la Ley, es que nunca existieron; los demonios nunca guardaron las estrellas, el Imperio jamás se fundó, a Eros nunca le creció la barba.
No, escucha, lo que ocurrió fue esto: te mintieron, te vendieron ideas sobre el bien y el mal, te hicieron desconfiar de tu cuerpo y te avergonzaron de tu profesión del caos, se inventaron palabras de asco por tu amor molecular, te mesmerizaron con su indiferencia, te aburrieron con la civilización y con todas sus roñosas emociones.
No hay devenir, ni revolución, ni lucha, ni sendero; tú ya eres el monarca de tu propia piel; tu inviolable libertad sólo espera completarse en el amor de otros monarcas: una política del sueño, urgente como el azul del cielo.
Despojarse de todos los derechos y dudas ilusorias de la historia exige la economía de una legendaria edad de piedra; chamanes y no curas, bardos y no señores, cazadores no policías, recolectores de pereza paleolítica, dulces como la sangre, van desnudos como un signo o pintados como pájaros, en equilibrio sobre la ola de la presencia explícita, sobre el ahora y siempre sin relojes.
Los agentes del caos dirigen candentes miradas a cualquiera que sea capaz de atestiguar su condición, su fiebre de lux et voluptas. Sólo estoy despierto en lo que amo y deseo hasta el punto del terror; todo lo demás no es sino mobiliario amortajado, anestesia cotidiana, cagadas mentales, aburrimiento subreptil de los regímenes totalitarios, censura banal y dolor inútil.
Los Avatares2 del caos hacen de espías, saboteadores criminales del amour fou, ni altruistas ni egoístas, accesibles como niños, con los modales de los bárbaros, excoriados de obsesiones, en el paro, sensualmente perturbados, ángeles-lobo, espejos de contemplación, ojos como flores, piratas de todo signo y sentido.
Aquí estamos arrastrándonos por las grietas entre las paredes de la iglesia estado escuela y fábrica, todos los monolitos paranoicos. Separados de la tribu por una nostalgia feraz escarbamos túneles tras las palabras perdidas, las bombas imaginarias.
El último acto posible es la que define la propia percepción, un cordón de oro invisible que nos conecta: baile ilegal en los pasillos del juzgado. Si hubiera de besarte aquí lo llamarían un acto de terrorismo; así es que llevémonos las pistolas a la cama y despertemos a la ciudad a medianoche como bandidos borrachos celebrando con andanadas, el mensaje del sabor del caos.

Terrorismo poético

BAILES INVEROSIMILES EN CAJEROS automáticos nocturnos. Despliegues pirotécnicos ilegales. Land art, obras terrestres como extraños artefactos alienígenas desperdigados por los Parques Naturales. Allana moradas pero en vez de robar, deja objetos Poético-Terroristas. Secuestra a alguien y hazlos felices. Elige a alguien al azar y convéncele de ser el heredero de una inmensa, inútil y asombrosa fortuna -digamos 5000 hectáreas de Antártida, o un viejo elefante de circo, o un orfanato en Bombay, o una colección de manuscritos alquímicos. Al final terminará por darse cuenta de que por unos momentos ha creído en algo extraordinario, y se verá quizás conducido a buscar como resultado una forma más intensa de existencia.
Instala placas conmemorativas de latón en lugares (públicos o privados) en los que has experimentado una revelación o has tenido una experiencia sexual particularmente gratificante, etc.
Ve desnudo como un signo.
Convoca una huelga en tu escuela o lugar de trabajo sobre las bases de que no satisfacen tus necesidades de indolencia y belleza espiritual.
El arte del graffiti prestó cierta gracia a los laidos subterráneos del metro y a los rígidos monumentos públicos; el TP también puede ser creado para lugares públicos: poemas garabateados en los lavabos del juzgado, pequeños fetiches abandonados en parques y restaurantes, arte en fotocopias bajo el limpiaparabrisas de los coches aparcados, Consignas en Letras Grandes pegadas por las paredes de los patios de recreo, cartas anónimas enviadas a destinatarios conocidos o al azar (fraude postal), retransmisiones piratas de radio, cemento fresco...
La reacción o el choque estético provocados por el TP en la audiencia han de ser al menos tan intensos como la agitación propia del terror -asco penetrante, excitación sexual, asombro supersticioso, angustia dadaesca, una ruptura intuitiva repentina- no importa si el TP va dirigido a una sola o a muchas personas, no importa si va "firmado" o es anónimo, si no transforma la vida de alguien (aparte de la del artista) es que no funciona.
El TP es un acto en un Teatro de la Crueldad3 que no tiene ni escenario, ni filas de asientos, ni localidades, ni paredes. Con objeto de que funcione en absoluto, el TP debe desvincularse categóricamente de toda estructura convencional del consumo de arte (galerías, publicaciones, media). Incluso las tácticas de guerrilla Situacionistas de teatro callejero resultan ya demasiado conocidas y previsibles.
Una seducción exquisita -conducida no sólo por la causa de la mutua satisfacción sino también como acto consciente en una vida deliberadamente bella- puede ser el TP definitivo. El terrorista P se comporta como un estafador cuyo objetivo no es el dinero sino el CAMBIO4.
No hagas TP para otros artistas, hazlo para gente que no repare (al menos por un momento) en que lo que has hecho es arte. Evita las categorías artísticas reconocibles, evita la política, no te quedes a discutir, no seas sentimental; se implacable, arriésgate, practica el vandalismo sólo en lo que debe ser desfigurado, haz algo que los niños puedan recordar toda la vida -pero no seas espontáneo a menos que la Musa del TP te posea-.
Vístete. Deja un nombre falso. Se legendario. El mejor TP está contra la ley, pero que no te pillen. Arte como crimen; crimen como arte.

Amour fou

EL AMOR FOU no es una Democracia Social, no es un Parlamento de Dos. Las actas de sus reuniones secretas tratan de significados demasiado enormes aunque demasiado precisos para la prosa. Ni esto, ni aquello -su Libro de Emblemas tiembla en tus manos.
Naturalmente se caga en los maestros de escuela y la policía, pero se burla de ideólogos y liberacionistas también -no es una habitación limpia y bien iluminada-. Un charlatán topológico proyectó sus pasillos y parques abandonados, su decoración emboscada de negro luminoso y rojo maníaco membranoso.
Cada uno de nosotros es dueño de la mitad del mapa; como dos potentados del renacimiento definimos una nueva cultura con nuestra mezcla anatema de cuerpos, con nuestra emulsión de fluidos -las junturas Imaginarias de nuestra Ciudad-estado se desdibujan en nuestro sudor.
El anarquismo ontológico nunca volvió de su última excursión de pesca. Mientras nadie se chive al FBI, a CAOS le importa poco el futuro de nuestra civilización. El amour fou sólo se cría por accidente -su objetivo principal es la ingestión de la Galaxia. Una conspiración para la transmutación.
Su único interés por la Familia reside en la posibilidad de incesto ("¡Críatelos tú!" "¡Cada humano un Faraón!") -¡Oh mi más sincera lectora, mi semejante, mi hermana!- y en la masturbación de un niño descubre oculta (como en la pelota de una flor de papel japonesa) la imagen del desmoronamiento del Estado.
Las palabras pertenecen al que las usa sólo hasta que otro las vuelve a robar. Los Surrealistas se desgraciaron al vender el amour fou a la máquina fantasma de la Abstracción; buscaron en su inconsciencia sólo poder sobre otros, y en esto siguieron a de Sade (que sólo quiso "libertad" para que adultos blancos destriparan a mujeres y niños).
El amour fou está saturado de su propia estética, se colma hasta los propios bordes con las trayectorias de sus gestos, marcha con relojes de ángeles, no es el destino oportuno para comisarios y tenderos. Su ego se evapora en la mutabilidad del deseo, su espíritu comunal se marchita en el egoísmo de la obsesión.
El amour fou implica una sexualidad no ordinaria en la medida en que la brujería exige una conciencia no ordinaria. El mundo anglosajón post-Protestante canaliza toda su sensualidad reprimida hacia la publicidad y se escinde en turbas enfrentadas: mojigatos histéricos contra clones promiscuos y antiguos ex-solteros. El AF no quiere unirse al ejército de nadie, no toma parte en las Guerras de Género, se aburre con la igualdad de oportunidades en el empleo (de hecho rehusa trabajar para vivir), no se queja, no da explicaciones, nunca vota y nunca paga impuestos.
Al AF le gustaría ver gestar y nacer a cada bastardo; el AF prospera con ardides antientrópicos; al AF le encanta que lo acosen los niños; el AF es mejor que una oración, mejor que la sinsemilla; el AF lleva la luna y las palmeras allá por donde va. El AF admira el tropicalismo, el sabotaje, el break dance, a Layla y Majnum5, el olor de la pólvora y del esperma.
El AF es siempre ilegal, ya vaya disfrazado de matrimonio o de tropa de boyscouts; siempre borracho, ya en el vino de sus propias secreciones o en el humo de sus propias virtudes polimorfas. No es el trastorno de los sentidos sino más bien su apoteosis -no el resultado de la libertad sino su precondición-. Lux et voluptas.


Niños Salvajes

EL INSONDABLE SENDERO LUMINOSO de la luna llena; medianoche a mediados de mayo en algún Estado que empieza por "I", tan bidimensional que apenas puede decirse que posea geografía en absoluto -los rayos tan urgentes y tangibles que tienes que echar las persianas para pensar en palabras.
Sin duda escribir a los Niños Salvajes. Piensan en imágenes; la prosa es para ellos un código aún no enteramente digerido y osificado, tal como para nosotros nunca ha sido enteramente de fiar.
Puedes escribir sobre ellos, para que otros que hayan perdido la cadena de plata puedan reanudarse. O escribir para ellos, haciendo de HISTORIA y EMBLEMA un proceso de seducción hasta tus propios recuerdos paleolíticos, una tentación barbárica de libertad (el caos tal como CAOS lo entiende).
Para estas especies de otro mundo o "tercer sexo", les enfants sauvages, la fantasía y la Imaginación aún no están diferenciadas. JUEGO desbocado: a la una y misma vez la fuente de nuestro Arte y del eros más raro de la estirpe.
Abrazar el desorden tanto como trampolín de estilo y como almacén voluptuoso, un fundamento de nuestra extraña civilización oculta, de nuestra estética conspiradora, de nuestro espionaje lunático -ésta es la acción (encarémoslo) ya de un artista de algún tipo, o de un niño de once o doce años.
Esos niños traicionados por sus sentidos clarificados en un hechizo brillante de hermoso placer reflejan algo tiznado y feraz en la naturaleza de la propia realidad: anarquistas ontológicos natos, ángeles del caos; sus gestos y olores corporales retransmiten a su alrededor una jungla de presencia, un bosque de presciencia al completo con serpientes, armamento ninja, tortugas, chamanismo futurista, revoltijo increíble, meadas, fantasmas, sol, corridas, nidos y huevos de pájaro; agresión jubilosa contra los mayores6 de esos Planos Inferiores tan impotentes para englobar ni epifanías destructivas ni creación en la forma de travesuras tan frágiles pero tan afiladas como para rebanar un rayo de luna.
Y aún así los habitantes de estas dimensiones inferiores de poca monta creen sinceramente que controlan los destinos de los Niños Salvajes; y aquí abajo, tan crueles creencias de hecho esculpen la mayor parte de la substancia de los acontecimientos.
Los únicos que efectivamente desean compartir más que dictar el travieso destino de esos fugitivos salvajes o guerrillas menores, los únicos que pueden entender que amarse y desatarse son un mismo acto; ésos son sobre todo artistas, anarquistas, pervertidos, herejes, una banda aparte (tanto entre sí como del mundo) o sólo capaces de encontrarse como podrían hacerlo niños salvajes, intercambiando miradas a lo largo de la mesa en la cena mientras los adultos farfullan detrás de sus caretas.
Demasiado jóvenes para choppers Harley; cateadores, break dancers, poetas apenas adolescentes de llanos pueblos de tranvía perdido; un millón de chispas cayendo de los cohetes de Rimbaud y Mowgli; esbeltos terroristas cuyas estentóreas bombas se compactan con amor polimorfo y preciosos restos de la cultura popular; pistoleros punks soñando con ponerse pendiente, ciclistas animistas planeando en el anochecer de peltre a través de las calles de Protección Oficial de flores accidentales; bañistas gitanos fuera de temporada, sonrientes ladrones de tótems de poder, de monedas sueltas y cuchillos de hoja de pantera que miran de reojo -los intuimos por todas partes- publicamos esta oferta para cambiar la corrupción de nuestra propia lux et gaudium por su dulce y perfecta porquería.
Así que atiende: nuestra realización, nuestra liberación depende de la de ellos; no porque remedemos a la Familia, esos "usureros del amor" que nos tiene rehenes de un futuro banal, ni al Estado que nos escolariza para hundirnos bajo el horizonte de eventos de una plúmbea "utilidad" -no; sino porque nosotros y ellos, los salvajes, somos unos imágenes de los otros, estamos atados y delimitados por esa cadena de plata que define el margen de la sensualidad, de la transgresión y la visión.
Compartimos los mismos enemigos y nuestros medios de escape triunfal son también los mismos: un juego delirante y obsesivo, impulsado por la brillantez espectral de los lobos y los niños.

Paganismo

CONSTELACIONES BAJO LAS QUE VIRAR EL rumbo de la nave del alma. "Si el musulmán entendiera el Islam se volvería un idólatra." --Mahmud Shabestari Eleggua, el abrepuertas malcarado del garfio en la cabeza y caracolas en los ojos, santería negra habano y vaso de ron; el mismo que Ganesh, muchacho gordo de los Comienzos con cabeza de elefante que viaja montado en un ratón. El órgano que siente las atrofias numinosas a través de los sentidos. Aquellos que no saben sentir una baraka no han de conocer la caricia del mundo.
El Poimandres de Hermes enseñó la animación de los eidolones, la mágica habitación de espíritus en los iconos; pero aquellos que no puedan celebrar este rito en sí mismos y en la totalidad de la fibra palpable del ser material sólo heredarán melancolía, basura, ruina.
El cuerpo pagano se vuelve una Corte de Ángeles que entera percibe este lugar -esta misma arboleda- como el paraíso ("¡si hay un paraíso, sin duda está aquí!" inscripción en las puertas de un jardín de Mughal).
Pero el anarquismo ontológico resulta demasiado paleolítico para la escatología -las cosas son reales, la brujería funciona, nos hechiza con la Imaginación, la muerte y la desagradable vaguedad -el argumento de Las Metamorfosis de Ovidio- una épica de la mutabilidad. El paisaje mítico personal.
El paganismo aún no ha inventado leyes -sólo virtudes. Ni sacerdocio, ni teología, ni metafísica, ni moralidad; sino un chamanismo universal en el que nadie obtiene verdadera humanidad sin una visión.
Comida dinero sexo sueño sol arena y sinsemilla; amor verdad paz libertad y justicia. Belleza. Dionisos el muchacho ebrio en una pantera -exuberante sudor adolescente- Pan el cabrero avanza a través de la tierra sólida por la cintura como si fuera el mar, su piel encostrada de musgo y liquen; Eros se multiplica en una pastoral docena de jóvenes granjeros desnudos de Iowa con los pies embarrados y zupia de charca por los muslos.
Cuervo, el estafador del potlach7, a veces muchacho, o vieja, o pájaro que robó la luna, agujas de pino flotando en un estanque, cabeza de tótem Heckle/Jeckle8, coro de grajos de ojos de plata bailando sobre la pila de madera; el mismo que Semar el albino jorobado hermafrodita patrón marioneta en la sombra de la revolución Javanesa.
Yemaya, diosa estrella azul del mar y patrona de los maricones; la misma que Tara, faceta azulgrís de Kali, collar de calaveras, bailando en el tenso lingam9 de Shiva, lamiendo nubes monzónicas con su lengua de un metro; la misma que Loro Kidul, la diosa verde jade del mar Javanesa que otorga a los sultanes el poder de la invulnerabilidad por trato carnal tántrico en torres mágicas y cuevas.
>Desde cierto punto de vista el anarquismo ontológico se ve tremendamente desnudo, despojado de todas las cualidades y posesiones, pobre como CAOS mismo; pero desde otro punto de vista pulula barroco como los Templos del Folleteo de Katmandú o un libro de emblemas alquímico; se tumba tan largo es en su diván comiendo loukoum y entreteniendo nociones heréticas, una mano dentro de los pantalones bombachos.
Los cascos de sus naves piratas están lacados de negro, las velas latinas son rojas, banderas negras con la divisa de un reloj de arena alado.
Un Mar de la China del Sur mental, frente a una costa de jungla llana de palmeras, templos de oro podrido a dioses bestiales desconocidos, isla tras isla, la brisa como húmeda seda amarilla en la piel desnuda, navegando bajo estrellas panteístas, hierofanía sobre hierofanía, luz sobre luz contra la luminosa y caótica oscuridad.


Sabotaje del arte

EL SABOTAJE DEL ARTE BUSCA ser perfectamente ejemplar y a un tiempo retener cierto elemento de opacidad -no propaganda sino choque estético- terriblemente directo pero sutilmente angulado también; acción-como-metáfora.
El Sabotaje del Arte es la cara oculta del Terrorismo Poético --creación-a-través-de-la-destrucción-- pero no ha de servir a Partido alguno, ni al nihilismo, ni siquiera al arte mismo. Tal como al desterrar las ilusiones se intensifican los sentidos, así la demolición de la plaga estética dulcifica el aire del mundo del discurso, del Otro. El Sabotaje del Arte sólo sirve a la conciencia, a la atención, a la vigilia.
El SA va más allá de la paranoia, más allá de la desconstrucción -la crítica definitiva- ataque físico al arte ofensivo --jihad estética. La mínima mancha de mezquino ego-ísmo o incluso de gusto personal contamina su pureza y menoscaba su fuerza. El SA no puede nunca buscar el poder -sólo puede liberarlo.
Las obras de arte individuales (incluso las peores) son en gran medida irrelevantes --el SA busca dañar aquellas instituciones que se sirven del arte para limitar la conciencia y enriquecerse con castillos en el aire. Este o aquél poeta o pintor no ha de ser condenado por una falta de visión --pero las ideas malignas sí que pueden ser asaltadas a través de los artefactos que generan. El MUZAK10 está diseñado para hipnotizar y controlar --su maquinaria bien puede ser destrozada.
Quemas públicas de libros --¿por qué han de ser fachas y funcionarios de aduanas los que monopolicen este arma? Novelas sobre niños poseídos por el diablo; la lista de libros más vendidos del New York Times; panfletos feministas contra la pornografía; libros de texto (especialmente Ciencias Sociales, Civismo, Salud); pilas de El Tiempo, El Mundo y otros periódicos de supermercado; recortes seleccionados de editoriales cristianas; unas cuantas novelas rosa --atmósfera festiva, botellas de vino y canutos rulando en una clara tarde de otoño.
Tirar el dinero en La Bolsa11 fue una forma de Terrorismo Poético bastante oportuna --perodestruir el dinero hubiera sido buen Sabotaje del Arte. Ocupar retransmisiones de TV y difundir unos minutos pirateados de incendiario arte Caótico constituiría una hazaña del TP; pero simplemente volar la torre de transmisiones sería un Sabotaje del Arte perfectamente adecuado. Si ciertas galerías y museos se merecen un ocasional ladrillazo en los cristales --no destrucción, sino un pescozón a la complacencia-- entonces qué pasa con los BANCOS? Las galerías convierten la belleza en mercancía pero los bancos transmutan la Imaginación en heces y en deuda. ¿No ganaría el mundo un grado de belleza con cada banco que se pudiera hacer temblar... o caer? ¿pero de qué manera? El Sabotaje del Arte debería seguramente mantenerse alejado de la política (es tan indigesta...) --pero no de los bancos.
No hagas piquetes; practica el vandalismo. No protestes; desfigura. Cuando la fealdad, el diseño pobre y el derroche estúpido te son forzados, vuélvete Ludita12, mete el zapato en la rueda, contraataca. Destroza los símbolos del Imperio en nombre de nada sino del anhelo de gracia del corazón.

Los Asesinos

A TRAVES DEL LUSTRE DEL desierto y hacia las polícromas colinas, violeta ocre calvo pardo y sombra en la cima de un desecado valle azul los viajeros encuentran un oasis artificial, un castillo fortificado de estilo sarraceno que guarda un jardín oculto.
Como huéspedes del Viejo de la Montaña Hassan i Sabbah14 suben los escalones cortados en la roca del castillo. Aquí el Día de la Resurrección ya ha llegado y se ha ido; sus moradores viven fuera del Tiempo profano, al que mantienen a raya con dagas y venenos.
Tras el almenado y las troneras de las torres los eruditos y fedayines se despiertan en estrechas celdas monolíticas. Mapas estelares, astrolabios,15 alambiques y retortas, pilas de libros abiertos bajo un rayo de sol vespertino; una cimitarra desenvainada.
Cada uno de aquellos que entran en el reino del Imán del propio ser se convierte en un sultán de la revelación invertida, un monarca de la abrogación y la apostasía. En una cámara central festoneada de luz y adornada con tapices arabescos se tumban en cojines y fuman largos chibouks de haschish con esencias de opio y ámbar.
Para ellos la jerarquía del ser se ha compactado en un punctum sin dimensiones de lo real --para ellos las cadenas de la Ley se han roto-- terminan su ayuno con vino. Para ellos el exterior de las cosas es su interior, su verdadero rostro brilla directamente a través. Pero las puertas del jardín están camufladas con terrorismo, espejos, rumores de asesinato, trompe l'oeil, leyendas.
Granada, mora, caqui, la melancolía erótica de los cipreses, rosas color membrana de Shiraz, braseros de aloes de La Meca y benjuí, firmes tallos de tulipanes otomanos, alfombras extendidas como jardines de mentira sobre un césped de verdad; un pabellón levantado con un mosaico de caligramas; un sauce, un regato con berros; una fuente acristalada de geometría por debajo; el escándalo metafísico de las odaliscas bañándose, de los húmedos coperos morenos jugando al escondite entre el follaje; "agua, verdor, bellos rostros".
Por la noche Hassan-i Sabbah como un civilizado lobo con turbante se despereza en un parapeto sobre el jardín y tiende una aviesa mirada al cielo, gobernando las constelaciones de la herejía en el indolente aire fresco del desierto. Es cierto, en este mito algunos discípulos aspirantes pueden recibir órdenes de caminar por la plancha hacia las tinieblas; pero también es cierto que algunos de ellos aprenderán a volar como brujos.
El emblema de Alamut permanece en la mente, un mandala o círculo mágico perdido para la historia pero embebido o impreso en la conciencia. El Viejo revolotea como un fantasma por las tiendas de reyes y las alcobas de teólogos, traspasa todas las cerraduras y guardas con olvidadas técnicas musulmanas/ninja, deja atrás los malos sueños, los estiletes en las almohadas, los poderosos sobornos.
La esencia de esta propaganda rezuma en los sueños criminales del anarquismo ontológico, el heraldo de nuestras obsesiones muestra los pendones forajidos de negro luminoso de los Asesinos... todos ellos pretendientes al trono de un Egipto Imaginario, un continuum oculto de espacio/luz consumido por libertades aún no imaginadas.

Pirotecnia

INVENTADA POR LOS CHINOS pero nunca desarrollada para la guerra -un ejemplo cabal de Terrorismo Poético- un arma utilizada para disparar el choque estético que no para matar -los Chinos detestaban la guerra y solían hacer luto cuando los ejércitos se levantaban- pólvora sólo útil para espantar maléficos demonios, para deleitar a los niños, para llenar el aire con una atrevida bruma de olor a riesgo.
Bombas Relámpago clase C de Kwantung, cohetes de botella, mariposas, M-80s, girasoles, "un Bosque en Primavera"; temporada de revolución; enciende el cigarro en la mecha silbante de una bomba negra de Haymarket; imagina el aire lleno de hidras y súcubos, de espíritus opresivos, de fantasmas policía. Convoca a unos cuantos niños con brasas encendidas o fósforos de cocina -apóstoles chamanes de complots de pólvora veraniega- rompe la noche espesa con estrellas de pinchos y estrellas infladas, con arsénico y antimonio, sodio y calomel, un bombardeo de magnesio y estridente clorato de potasa.
Fulminante (hollín y salitre) esquirlas y metralla; asalta tu banco local o tu fea iglesia con velas romanas y cohetes oro púrpura, in promptu y anónimo (quizás abriendo fuego desde la trasera de una camioneta..)
Construye unas lanzaderas con armazón de celosía e instálalas en la azotea del edificio de seguros o la escuela; una serpiente kundalini o un dragón de Caos verde bario enroscado contra un fondo amarillo sodio oxalato -No Pasarán16- o monstruos copulantes disparando descargas de leche-fuego contra el hogar de los viejos Catequistas.
Esculturas de nubes, esculturas de humo y banderas = Arte del Aire. Piezas de tierra. Fuentes = Arte del Agua. Y fuegos artificiales. No actúes con becas del ministerio ni permisos de la policía para un público amante de la cultura. Evanescentes bombas incendiarias mentales, terroríficos mandalas inflamando la presuntuosa noche suburbana, inverosímiles cabezas de trueno verde plaga emocional reventadas con rayos vajra de azul orgona de feux d'artifice láser.
Cometas que explotan con el olor del haschisch y el carbón radiactivo; fuegos de San Antón y fuegos fatuos embrujando los parques públicos; falsos fuegos de San Telmo danzando sobre la arquitectura de la burguesía; mascletás sacudiendo los cimientos del Parlamento, elementales salamandra atacan a reformistas morales bien conocidos.
Laca centelleante, azúcar de leche, estroncio, brea, agua de goma, chispas de fuego chino -por un momento el aire está afilado de ozono- nube opalada de humo pungente dragón fénix a la deriva. Por un instante el Imperio cae, sus príncipes y gobernadores huyen a su lodo estigio, los penachos de azufre de los duendes lanzallamas les queman el culo escocido mientras se baten en retirada. El Asesino-niño, psique de fuego, reina por una breve noche de sirio-caliente.

Mitos de Caos

Caos nunca visto (po-te-kitea)
Desposeído, Sedentario
Caos de empedernida oscuridad
Intocado e intocable
--Canto maorí
Caos se encarama en una montaña del cielo: un inmenso pájaro como una bolsa amarilla o una bola de fuego roja, con seis pies y cuatro alas; no tiene cara pero baila y canta.
O Caos es un perro negro de largas greñas, ciego y sordo, al que le faltan las cinco vísceras.
Caos el Abismo viene el primero, luego vienen Tierra/Gaia, luego Deseo/Eros. De estos tres descienden dos pares; Erebus y la vieja Noche, Eter y la Luz del día. Ni Ser ni No Ser
ni aire ni tierra ni espacio:
¿qué es lo que estaba encerrado? ¿dónde? ¿bajo la protección de quién?
¿qué era agua, profundo, insondable?
Ni muerte ni inmortalidad ni día ni noche;
sino UNO respirado por sí mismo sin viento.
Nada más. Oscuridad envuelta en oscuridad,
agua inmanifiesta.
UNO, escondido en el vacío,
sintió la generación del calor, sobrevino
como Deseo, primera semilla de la Mente...
¿Es que había arriba o abajo?
Había jarras de semillas, había poderes:
energía por debajo, impulso por arriba.
¿Pero quién lo sabe de seguro?
--Rg Veda
Tiamat el Océano-Caos derrama premiosa Fango y Limo de su vientre, los Horizontes, el Cielo y la Sabiduría acuática. Estos retoños crecen díscolos y presuntuosos; ella considera su destrucción.
Pero Marduk el dios guerrero Babilónico se levanta en rebelión contra el Viejo Hag y sus monstruos-Caos, tótems ctónicos17; Gusano, Ogro Femenino, Gran León, Perro Loco, Hombre Escorpión, Tormenta Aullante --dragones portando su gloria como dioses-- y la propia Tiamat una gran serpiente de mar.
Marduk la acusa de provocar la rebelión de hijos contra padres; ella ama a Bruma y a Nube, principios del desorden. Marduk será el primero en gobernar, en inventar el gobierno. En la batalla asesina a Tiamat y desde su cuerpo organiza el universo material. Inaugura el Imperio Babilónico; después, con las entrañas sangrantes del hijo incestuoso de Tiamat en la picota crea la raza humana para servir por siempre a la comodidad de los dioses; y a sus altos sacerdotes y a sus reyes coronados.
El padre Zeus y los habitantes del Olimpo libran guerra contra la Madre Gaia y los Titanes, esos partisanos de Caos, contra las viejas formas de la caza y la recolección, de la errancia sin rumbo, de la androginia y la libertad de las bestias.
Amón Ra (Ser) se sienta solo en el Océano Caos primordial de NUN creando a todos los demás dioses al correrse; pero Caos también se manifiesta como el dragón Apofis al que Ra debe destruir (junto a su estado de gloria, su sombra y su magia) con objeto de que el Faraón pueda reinar en paz; una victoria recreada diariamente en los ritos de los templos imperiales para confundir a los enemigos del Estado, del Orden cósmico.
Caos es Hun Tun, Emperador del Centro. Un día el Mar del Sur, el Emperador Shu, y el Mar del Norte, el Emperador Hu (shu hu = relámpago) pagaron visita a Hun Tun, que siempre los agasajaba. Deseando devolver sus atenciones dijeron, "todos los seres tienen siete orificios para ver, oír, comer, cagar, etc; ¡pero el pobre viejo Hun Tun no tiene ninguno! ¡Abrámosle unos cuantos!" Y así lo hicieron --un orificio por día-- hasta que el séptimo día, Caos murió.
Pero... Caos es también un enorme huevo de pollo. Dentro de él P'an Ku nace y crece durante 18,000 años; por fin el huevo se abre, se divide en cielo y tierra, yang y yin. Ahora P'an Ku crece hasta convertirse en una columna que sostiene el universo; o bien se convierte en el universo mismo (respiración --> viento, ojos --> sol y luna, sangre y humores --> ríos y mares, pelo y pestañas --> estrellas y planetas, esperma --> perlas, médula --> jade, sus pulgas --> los seres humanos, etc.)
O bien se convierte en el Emperador Amarillo hombre/monstruo. O bien se convierte en Lao Tse, profeta del Tao. De hecho, el pobre viejo Hun Tun es el Tao mismo.
"La música de la naturaleza no tiene existencia fuera de las cosas. Las diversas aberturas, caños, flautas, todos los seres vivos juntos conforman la naturaleza. El "Yo" no puede producir cosas y las cosas no pueden producir el "Yo", que es autoexistente. Las cosas son lo que son espontáneamente, y no a causa de otras. Todo es natural sin saber por qué es así. Las 10,000 cosas tienen 10,000 estados diferentes, todas se hallan en movimiento como si hubiera un Señor Verdadero para moverlas; pero si buscamos pruebas de este Señor no encontraremos ninguna". (Kuo Hsiang)
Cada conciencia realizada es un "emperador" cuya sola forma de gobierno es no hacer nada que perturbe la espontaneidad de la naturaleza, del Tao. El "sabio" no es Caos mismo, sino más bien un hijo fiel de Caos; una de las pulgas de P'an Ku, un trozo de carne del hijo monstruoso de Tiamat. "Cielo y Tierra" dice Chuang Tzu18, "nacieron al mismo tiempo que yo, y las 10,000 cosas son una conmigo".
El Anarquismo Ontológico tiende a disentir sólo con el absoluto quietismo Taoísta. En nuestro mundo Caos ha sido derrocado por dioses más jóvenes, moralistas, falócratas, sacerdotes-banqueros, señores a propósito para sus siervos. Si la rebelión se muestra como un imposible entonces quizá pueda al menos promoverse una forma clandestina de jihad espiritual. Déjala que siga las enseñas de guerra del negro dragón anarquista, Tiamat, Hun Tun.
Caos nunca murió.

Pornografía

EN PERSIA VI que la poesía está hecha para incorporarse a la música y para entonarse o cantarse; por una sola razón: porque funciona.
Una combinación propicia de imagen y melodía sumerge a la audiencia en un hal (algo entre un estado de ánimo estético/emotivo y un trance de hiperconsciencia), arrebatos de llanto, posesiones de baile; una respuesta física mensurable al arte. Para nosotros el eslabón entre la poesía y el cuerpo se perdió con la era bárdica; leemos bajo la influencia de un anestésico gas cartesiano.
En el norte de la India hasta la recitación no musical provoca ruido y movimiento, cada buen pareado se aplaude, "¡Wa! ¡Wa!" con gesticulación elegante, arrojando rupias; mientras nosotros escuchamos poesía como si fuéramos una especie de cerebro de ciencia ficción en un bote; todo lo más una risita forzada o una mueca, vestigio de un rictus simiesco; el resto del cuerpo en algún otro planeta.
En el Este los poetas son a veces encarcelados --una especie de cumplido, ya que sugiere que el autor ha hecho algo al menos tan real como el robo o la violación o la revolución. Aquí a los poetas se les permite publicar absolutamente cualquier cosa --una especie de castigo en efecto, prisión sin paredes, sin ecos, sin existencia palpable; reino de las sombras de la publicación, o del pensamiento abstracto; un mundo sin riesgo ni eros.
Así es que la poesía está muerta una vez más; e incluso si la momia de su cadáver retiene alguna de sus propiedades curativas, la autoresurrección no es una de ellas.
Si los legisladores rehusan considerar los poemas como crímenes, entonces alguien tendrá que cometer crímenes que sirvan la función de la poesía, o textos que posean la resonancia del terrorismo. Reconectar a cualquier precio la poesía al cuerpo. No crímenes contra los cuerpos, sino contra las Ideas (y contra las Ideas en las cosas) que son mortales y sofocantes. No estúpido libertinaje sino crímenes ejemplares, crímenes estéticos, crímenes pasionales. En Inglaterra ciertos libros pornográficos están todavía prohibidos. La pornografía tiene un efecto físico mensurable sobre sus lectores. Al igual que la propaganda es capaz de cambiar vidas al descubrir verdaderos deseos.
Nuestra cultura saca la mayor parte de su porno del odio al cuerpo; pero el arte erótico constituye en sí mismo un extraordinario vehículo para el estímulo del ser/la conciencia/la felicidad --como ocurre con ciertas obras orientales. Una especie de porno tántrico occidental puede ayudar a galvanizar el cadáver, a hacerlo brillar con algo del atractivo del crimen.
Norte América tiene libertad de expresión dado que todas las palabras son consideradas igualmente triviales. Sólo las imágenes cuentan; a los censores les fascinan los retazos de muerte y mutilación pero retroceden horrorizados a la vista de un niño masturbándose; aparentemente experimentan esto como una invasión de su validez existencial, de su identificación con el Imperio y los más sutiles de sus gestos.
No hay duda que ni el porno más poético haría jamás revivir el cuerpo sin rostro para que cantara y bailara (como el pájaro-Caos chino) pero imagínate un guión para una película de tres minutos que transcurre en una mítica isla de niños fugitivos que habitan las ruinas de viejos castillos o construyen cabañas tótem y nidos ensamblados con chatarra; una mezcla de animación, efectos especiales, infografía y vídeo en color; editado con el dinamismo de un anuncio de comida rápida...
...pero misteriosos y desnudos, plumas y huesos, tiendas cosidas con cristal, perros negros, sangre de paloma; flashes de miembros ámbar enredados en las sábanas; caras enmascaradas de estrellas besando suaves pliegues de piel; piratas andróginos, rostros náufragos de colombinas durmiendo sobre flores de muslo blanco; graciosos chistes guarros de meado, lagartos amaestrados bebiendo a lengüetadas leche derramada; break dancing en cueros; bañera victoriana con patos de goma y meteduras de pata rosa; Alicia en ganja...
...punk reggae atonal adaptado a gamelán19, sintetizador, saxofón y percusión; letras de boogie eléctrico cantadas por un etéreo coro de niños; letras ontológico anarquistas, un cruce entre Hafez y Pancho Villa, Li Po y Bakunin, Kabir y Tzara; llámalo "¡CAOS, el video musical!"
No... seguramente tan sólo es un sueño. Demasiado caro de producir, y además ¿quién lo vería? Desde luego no los niños a los que pretendía seducir. La TV pirata es una futil fantasía, el rock sólo es otra mercancía; olvida pues la elegante gesamtkunstwerk20. Siembra un parque de recreo con obscenos folletines incendiarios; pornopropaganda, un chiflado samizdat21 para liberar el deseo de su yugo.

Crimen

LA JUSTICA NO PUEDE OBTENERSE bajo ninguna Ley; la acción de acuerdo a la naturaleza espontánea, la acción que es justa, no puede ser definida por el dogma. Los crímenes por los que se aboga en estos pasquines no pueden ser cometidos contra uno mismo o contra otros sino sólo contra la mordaz cristalización de las ideas en la estructura de venenosos Tronos y Dominaciones.
Es decir, no crímenes contra la naturaleza o la humanidad sino crímenes legalmente acreditados. Tarde o temprano el descubrimiento y la revelación del yo/naturaleza transforman a una persona en un malhechor --como salir a otro mundo y después volver a éste para descubrir que has sido declarado un traidor, un hereje, un proscrito. La Ley espera a que des un traspiés en algún modo del ser, que te conviertas en un alma diferente a la habitual carne muerta aprobada y sellada en púrpura por las autoridades sanitarias; y tan pronto como empiezas a actuar en armonía con la naturaleza la Ley te da el garrote y estrangula; así que no jueges al bendito mártir liberal de clase media; acepta el hecho de que eres un criminal y prepárate para actuar como tal.
Paradoja: abrazar a Caos no significa deslizarse hacia la entropía sino emerger hacia una energía como estrellas, hacia un patrón de gracia instantánea; hacia un orden orgánico espontáneo completamente diferente a las pirámides de carroña de sultanes, muftíes, cadíes y verdugos sonrientes.
Después de Caos viene Eros --el principio de orden implícito en la nada del Uno incualificado. El amor es estructura, sistema, es el único código no narcotizado ni manchado por la esclavitud. Hemos de convertirnos en ladrones y timadores para proteger su belleza espiritual en una faceta de clandestinidad, en un jardín oculto de espionaje.
No sobrevivas meramente a la espera de que la revolución de otros te decida a tomar partido, no te alistes a los ejércitos de la anorexia o la bulimia; actúa como si ya fueras libre, calcula los riesgos, sal fuera, recuerda la Ley de Duelo --Fuma Grifa/Come Pollo/Bebe Té. Cada hombre su propia viña e higuera (Circle Seven Koran, Noble Drew Alí22); lleva tu pasaporte moro con orgullo, guarda tus espaldas, que no te cojan en el fuego cruzado; pero asume el riesgo, baila antes de calcificarte.
El modelo social natural del anarquismo ontológico es la pandilla de niños o la banda de atracadores. El dinero es un camelo -esta aventura ha de ser posible sin él- el botín y el pillaje habría que gastarlos antes de que vuelvan al polvo. Hoy es el Día de la Resurrección --el dinero empleado en belleza será transmutado alquímicamente en elixir. Como mi tío Melvin solía decir, el melón robado sabe más dulce. El mundo ya ha sido rehecho de acuerdo a los deseos del corazón; pero la civilización es la dueña de todos los contratos y de la mayoría de las pistolas. Nuestros ángeles feraces exigen la trasgresión, porque sólo se manifiestan en suelo prohibido. Bandolero. El yoga del sigilo, el golpe relámpago, el disfrute del tesoro.

Brujería

EL UNIVERSO QUIERE JUGAR. Aquellos que por reseca avaricia espiritual lo rehusan y eligen la pura contemplación desperdician su humanidad; aquellos que por tonta angustia lo rehusan, aquellos que dudan, pierden su oportunidad y su divinidad; aquellos que se moldean ciegas máscaras de Ideas y siembran cizaña buscando alguna prueba de su propia solidez acaban viendo a través de los ojos de un muerto.
Brujería: el cultivo sistemático de la conciencia dilatada o de la percepción no ordinaria y su despliegue en el mundo de los hechos y los objetos para convocar los resultados deseados.
El ensanchamiento de aperturas en la percepción destierra gradualmente los falsos yos, nuestros cacofónicos fantasmas; la "magia negra" de la envidia y la venganza se dispara por la culata porque el deseo no sabe ser forzado. Allí donde nuestro conocimiento de la belleza armoniza con el ludus naturae, empieza la magia.
No, ni doblar cucharas, ni horoscopia, ni Amanecer Dorado23, ni chamanismo de pega, ni proyección astral, ni Misa Satánica; si se trata de chismografía hay que ir al meollo, a la banca, a la política, a las ciencias sociales; y no a esa enclenque basura blavatskiana24.
La brujería funciona creando a su alrededor espacios físico/psíquicos o aperturas a un espacio de expresión sin límites --la metaformosis del lugar cotidiano hacia una esfera angélica. Esto implica la manipulación de los símbolos (que también son cosas) y de la gente (que también es simbólica); los arquetipos facilitan un vocabulario en este proceso y por tanto se tratan como si fueran a un tiempo reales e irreales, como palabras. Yoga imaginario.
El brujo es un Simple Realista: el mundo es real --así la conciencia tiene que ser pues real dados sus tan tangibles efectos. Para el zoquete hasta el vino resulta insípido pero el mago puede intoxicarse con sólo mirar el agua. La calidad de la percepción define el mundo de la intoxicación; pero sostenerla y expandirla para incluir a otros exige una actividad de un cierto tipo -brujería-. La brujería no rompe ley de la naturaleza alguna porque no hay tal Ley Natural, sólo la espontaneidad de la natura naturans, el tao. La brujería viola leyes que buscan encadenar este flujo; sacerdotes, reyes, jerofantes, místicos, científicos y tenderos todos califican al brujo de enemigo por amenazar el poder de su charada, la fuerza tensora de su trama ilusoria.
Un poema puede actuar como un conjuro y viceversa; pero la brujería rehusa ser metáfora de la mera literatura; insiste en que los símbolos deben provocar tanto sucesos como epifanías privadas. No es una crítica sino una reconstrucción. Rechaza toda escatología y toda metafísica de la mudanza, toda nebulosa nostalgia y todo futurismo estridente, en favor de un paroxismo o posesión de la presencia.
Incienso y cristal, daga y espada, varita, túnica, ron, habanos, velas, hierbas como sueños secos -el muchacho virgen contemplando la vasija de tinta- vino y ganja, carne, yantras y pases-- rituales de placer, el jardín de houris y sakis-- el brujo trepa por estas serpientes y escaleras a un momento que está enteramente saturado de su propio color, donde las montañas son montañas y los árboles son árboles, donde el cuerpo se convierte todo en tiempo, el amado todo en espacio.
Las tácticas del anarquismo ontológico están enrraizadas en este arte secreto; los objetivos del anarquismo ontológico aparecen en su floración. Caos conjura a sus enemigos y recompensa a sus devotos... este extraño panfleto amarilleante, este seudónimo polvoriento lo revela todo... escribe pidiendo un microsegundo de eternidad.

Publicidad

LO QUE ESTO TE CUENTA no es prosa. Puedes clavarlo en el tablón pero sigue aún vivo y coleando. No pretende seducirte a menos que seas extremadamente joven y guapo (incluye foto reciente).
Hakim Bey vive en un destartalado hotel chino donde el propietario saluda con la cabeza sobre el periódico y las cascadas retransmisiones de la ópera de Pekín. El ventilador gira en el techo como un derviche perezoso -el sudor cae en la página- el caftán del poeta está mohoso, sus óvalos reparten ceniza por la alfombra; sus monólogos parecen deslavazados y ligeramente siniestros; Más allá de las ventanas cerradas el barrio funde a palmeras, al ingenuo mar azul, a la filosofía del tropicalismo.
A lo largo de cierta autopista al este de Baltimore pasas un trailer aerodinámico con un gran rótulo en el porche SE LEE EL ORÁCULO y la imagen de una tosca mano negra sobre fondo rojo. Dentro atisbas un despliegue de libros de sueños, libros de números, panfletos de vudú y santería, viejas revistas polvorientas de nudismo, una pila de Boy's Life, tratados sobre gallos de pelea... y este libro, Caos. Como palabras proferidas en un sueño, portentosas, evanescentes, transformándose en perfumes, pájaros, colores, música olvidada.
Este libro se distancia de todo con una cierta impasibilidad de superficie, casi una cristalización. No mueve la cola ni gruñe sino que muerde y arremete contra los muebles. No tiene número de ISBN y no te quiere como discípulo pero puede que te rapte a los niños.
Este libro está nervioso como el café o la malaria -construye una red de cortes y guaridas entre sí mismo y sus lectores- pero es tan palmario y literal que prácticamente se codifica a sí mismo; se fuma a sí mismo al estupor.
Una máscara, una automitología, un mapa sin localizaciones -envarado como un mural egipcio alcanza sin embargo a acariciar la cara a alguien- y de repente se encuentra a sí mismo en la calle, en un cuerpo, encarnado en luz, caminando, despierto, casi satisfecho.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Hoy se cumplen 105 años de la primera expedición al Polo Sur

La hazaña del noruego Roald Amundsen ocurrida el 14 de diciembre de 1911.


Pese a la enorme gesta, los miembros de la expedición no abundaron en festejos. "En estas regiones, uno pierde la costumbre de las ceremonias largas. Cuanto más cortas, mejor', escribió Roald Amundsen al referirse a la sobria celebración que él y sus compañeros hicieron, a 23 grados bajo cero, el día que conquistaron el Polo Sur. Y eso que fueron los primeros en llegar a ese punto del planeta: el 14 de diciembre de 1911. Hoy se cumplen 105 años de la hazaña. Entonces, los componentes del grupo encabezado por Amundsen se limitaron, en cambio, a colocar una bandera —junto a un banderín de su barco, el Fram—; bautizaron con el nombre del rey noruego Haakon a la planicie donde se encontraba; montaron la tienda de campaña y sacrificaron a uno de sus perros, Helge. Apenas unos días después, tras recorrer los alrededores para asegurarse de que habían alcanzado el punto del Polo ansiado, la expedición puso rumbo a casa.
Pero, detrás de la conquista del Polo Sur se esconde también un histórico enfrentamiento entre el noruego Amundsen y el británico Robert Falcon Scott, que llegó al mismo lugar solo 35 días más tarde. El primero había reunido a un equipo de experimentados esquiadores y utilizó perros de tiro para alcanzar su objetivo. Además, el nórdico decidió sacrificar a los animales más débiles y se los daba de comer a los más resistentes para asegurarse después el regreso.
Scott cometió, por su parte, un importante error estratégico: no quería matar a los canes, así que eligió ponies siberianos para el transporte. Aunque, sin embargo, varios estudiosos creen que consideraba un mérito mayor alcanzar el Polo Sur a pie, sin el tiro de los animales. De esta forma, cuando el británico llegó al punto deseado, se topó con la tienda de la expedición de Amundsen. Y, además, él y todos los componentes de su grupo murieron cuando trataban de regresar a casa, tras sufrir una de las peores tormentas polares del siglo, con fríos desorbitados y ventiscas interminables que minaron su resistencia. Los encontraron en sus tiendas seis meses después.



miércoles, 30 de noviembre de 2016

Gotthold Ephraim Lessing





Gotthold Ephraim Lessing (Kamenz, Sajonia, 22 de enero de 1729-Brunswick, 15 de febrero de 1781) fue el escritor alemán más importante de la ilustración. Con sus dramas y ensayos teóricos tuvo una influencia significativa en la evolución de la literatura alemana.
biografia 
Gotthold Ephraim Lessing (Kamenz, Sajonia, 22 de enero de 1729-Brunswick, 15 de febrero de 1781) fue el escritor alemán más importante de la ilustración. Con sus dramas y ensayos teóricos tuvo una influencia significativa en la evolución de la literatura alemana.
su creacion 
Lessing fue un escritor (que, de hecho, consideraba superior el arte de la poesía al de la pintura, al incorporar el concepto de tiempo),1 pensador y crítico literario interesado en muchos temas. Siendo uno de los representantes más sobresalientes de la ilustración alemana, se convirtió en el pionero intelectual de la nueva autoconfianza de la burguesía. El estilo irónico y polemizante es característico de sus escritos teóricos y críticos. En este sentido su peculiar empleo del diálogo le ayudó a observar cada cosa desde varios puntos de vista e incluso a buscar trazas de verdad en los argumentos de su adversario. Nunca consideró que la verdad fuera algo estático, que alguien pudiera poseer, sino que entendió la búsqueda de la verdad como un proceso de acercamiento.

Muy pronto dirigió su interés hacia el teatro. En sus ensayos teóricos y críticos relativos a este tema, así como en sus propios trabajos como autor, intentó contribuir al desarrollo de un nuevo teatro burgués en Alemania. Se opuso a la teoría literaria de Gottsched y sus discípulos, que fue la generalmente aceptada en sus tiempos. Criticó particularmente la simple imitación de los dramaturgos franceses y abogó por el regreso a los principios clásicos de Aristóteles, así como por el acercamiento a la obra de Shakespeare. Fue precisamente Lessing quien inició la entrada de Shakespeare en Alemania, trabajando con varias compañías teatrales.
Hasta 1769 intentó, junto con otros, crear un Teatro Nacional alemán en Hamburgo. Hoy en día se admite que sus trabajos fueron prototipos de la dramaturgia burguesa alemana que se desarrolló más tarde. "Miss Sara Sampson" y "Emilia Galotti" son consideradas las primeras tragedias burguesas, "Minna de Barnhelm" modelo para muchas comedias clásicas alemanas y "Nathan el Sabio" (en alemán Nathan der Weise), el primer drama ideológico. Sus obras teóricas "Laokoon" y "Dramaturgia de Hamburgo" (Hamburgische Dramaturgie) siguen siendo la vara de medir para la discusión de los principios estéticos y teóricos de la literatura.
En sus trabajos religioso-filosóficos defendió la libertad de pensamiento de los cristianos creyentes. Argumentó en contra de basar la creencia en revelaciones y fue contrario a entender la Biblia al pie de la letra, como defendía la predominante opinión ortodoxa. Siendo "hijo" de la ilustración, confió en un "cristianismo de la razón", que se orientaría en el espíritu de la religión. Creía que la razón humana - impulsada por la crítica y contradicción - evolucionaría también sin revelaciones divinas. Con el fin de iniciar una discusión pública contra la ortodoxa "fidelidad a la letra", publicó entre 1774 y 1778 siete "Fragmentos de un Innombrado" (Fragmente eines Ungenannten) escritos por Hermann Samuel Reimarus, fallecido en 1774, lo que llevó a la llamada "Controversia de los Fragmentos" (en alemán Fragmentenstreit). Su adversario principal en esta controversia fue el pastor principal de Hamburgo, Johann Melchior Goeze, contra quien Lessing redactó, entre otros, once esctritos llamados Anti-Goeze.
Además, en numerosos enfrentamientos con los representantes de la opinión ortodoxa tomó partido por la tolerancia frente a las demás religiones del mundo. Cuando se le prohibió publicar más ensayos teóricos, Lessing expresa este posicionamiento en su drama "Nathan el Sabio". En el escrito "La educación de la humanidad" (Die Erziehung des Menschengeschlechts) expuso coherentemente su opinión.
El concepto de la libertad (del teatro frente al dominio del modelo francés y de la religión frente al dogma eclesiástico) fue el hilo conductor de toda su obra. Consecuentemente, se comprometió con la liberación de la burguesía de la tutela de la nobleza. Asimismo, siempre se esforzó por la independencia de su propia existencia literaria. No obstante, difícilmente pudo imponer su ideal de la posibilidad de una vida siendo escritor libre frente las presiones económicas. Así fracasó en Hamburgo su proyecto de una editorial autogestionada por los autores que intentó realizar junto con C. J. Bode.


sábado, 19 de noviembre de 2016

                Sobre la cocaína. «Über Coca» [1884]  Sigmund Freud





En su apasionado artículo “Sobre la coca” el primero que escribió sobre este tema, Freud ofrece al lector una enorme cantidad de datos sobre la historia de la utilización de esta planta en Sudamérica, su exportación a Europa, sus efectos sobre los seres humanos y los animales, y sus múltiples usos en terapéutica. Incluye detalladas descripciones de las investigaciones realizadas por muchos autores. Ya en este momento aparecen algunos indicios que apuntan hacia las propiedades anestésicas de la droga y las esperanzas que en este sentido hace concebir, aunque no llegue a hablar de aplicaciones concretas.
El autor está en favor del uso de la coca y en algunos momentos se muestra casi entusiasta en sus alabanzas.
En la posterior addenda a este trabajo, Freud menciona el uso que Koller hizo de la cocaína para anestesiar la córnea en las operaciones oftalmológicas, práctica que desde entonces se hizo famosa.  Anna Freud

La planta de la coca

La Erythroxylon coca, planta que produce la coca, es un arbusto que llega a medir entre un metro veinte y un metro sesenta centímetros, y tiene cierta similitud con el endrino. Se cultiva en anchas zonas de Sudamérica, especialmente en Perú y Bolivia. Los lugares donde crece mejor son los cálidos valles de las laderas orientales de los Andes, entre los mil quinientos y los mis ochocientos metros sobre el nivel del mar, en climas lluviosos exentos de temperaturas extremas. Las hojas, que proporcionan un estimulante indispensable a unos diez millones de personas, tienen forma ovalada, de cinco a seis centímetros de longitud. Están unidas al tronco por tallos, son enteras y están recubiertas de un polvo blanquecino. Se distinguen por la presencia de dos pliegues lineales, más patentes en el envés de la hoja, que corten como si fueran nervios laterales a lo largo del nervio central desde la base hasta la punta, formando un arco plano. El arbusto produce unas flores blancas, en grupos de dos o tres, y sus frutos son rojos y en forma de huevo. Puede ser reproducido tanto por medio de semillas como de esquejes; las plantas jóvenes se trasplantan cuando tienen un año, y al cabo de dieciocho meses dan su primera cosecha de hojas. Se considera que las hojas están maduras cuando llegan a endurecerse tanto que su tallo se rompe con sólo tocarlo.

Al llegar ese momento son puestas rápidamente a secar al sol o con la ayuda del fuego, y colocadas luego en cestos para su transporte. En condiciones favorables un arbusto de coca da cuatro o cinco cosechas cada año, y la planta puede seguir a este ritmo durante treinta y hasta cuarenta años. La gran escala de su producción (se dice que la producción anual es de trece millones y medio de kilogramos) hace que las hojas de coca sean un producto importante tanto para el comercio como para la política fiscal de los países en los que se cultiva.

Historia y aplicaciones de la coca en su país de origen

Cuando los conquistadores españoles se abrieron camino por la fuerza hacia el interior del Perú, vieron que la planta de la coca era cultivada y muy estimada por los habitantes de este país, y también que estaba estrechamente relacionada con las costumbres religiosas locales. Según la leyenda, Manco Capac, el hijo del Sol, descendió en tiempos remotos de las cumbres del lago Titicaca para llevar la luz de su padre a los desgraciados habitantes del país; consigo llevaba también muchas enseñanzas y as¡ explicó a los hombres la vida de los dioses, les enseñó la práctica de artes útiles, y les dio además la hoja de la coca, esa planta divina que sacia al hambriento, hace fuerte al débil, y permite al desgraciado olvidar su tristeza, Era costumbre ofrecer hojas de coca a los dioses, masticarlas durante las ceremonias religiosas, y hasta poner algunas en la boca de los muertos para asegurarles un buen recibimiento en el otro mundo. El Inca Garcilaso, historiador de la conquista española, y descendiente de los incas, dice que al principio la coca no abundaba y que solamente podían utilizarla los miembros de las principales familias; sin embargo, en la época de la conquista hacía ya tiempo que todo el mundo podía obtenerla. Garcilaso trató de defender la coca contra la prohibición de su consumo impuesta por los conquistadores. Los españoles no creían en los efectos maravillosos que producía la planta -que para ellos eran obra del diablo- debido principalmente a la función de la coca en el ceremonial religioso. Un sínodo celebrado en Lima llegó al extremo de prohibir el consumo de la coca porque, en su opinión, era algo pagano y pecaminoso. Pero la actitud de los extranjeros cambió cuando observaron que los indios no eran capaces de llevar a cabo las penosas tareas que se les imponían en las minas si no se les daba su ración de coca. Entonces decidieron modificar parcialmente su anterior decisión: se distribuyó nuevamente coca a los mineros, tres o cuatro veces al día, concediéndoles cortos períodos de descanso en el trabajo para que mascaran las hojas. De esta manera la planta ha podido conservar su prestigio entre los nativos hasta la actualidad. Quedan todavía algunas huellas de la veneración religiosa que el pueblo indio sentía por la coca.

El indio lleva siempre consigo una bolsita con hojas de coca (una chuspa) cuando viaja, y también una botella con cenizas de la planta (llicta). En la boca hace una bola con las hojas y después atraviesa varias veces la bola con un clavo empapado en la ceniza. Después masca las hojas lenta y sistemáticamente, con abundante secreción de saliva. Se dice que en otras zonas se añade a las hojas un poco de tierra, tonra, que en este caso sustituye a la ceniza de la planta. No se considera exagerado masticar de tres a cuatro onzas de hojas cada día. Según Mantegazza, el indio empieza a utilizar este estimulante en su primera juventud, y sigue haciéndolo a lo largo de toda su vida. Cuando tiene que realizar un viaje difícil, cuando toma a una mujer, o, en general, siempre que sus fuerzas tienen que hacer frente a una prueba que exige un rendimiento mayor de lo normal, el indio aumenta su dosis ordinaria.

(No se ha comprobado con seguridad cuál es la finalidad de la operación de mezclar los álcalis de la ceniza. Mantegazza afirma haber mascado hojas de coca con y sin mezcla de ceniza y que no notó ninguna diferencia. Según Martius y Demarle, la cocaína es liberada de su combinación con ácido tánico mediante la acción de los álcalis. Una llicta que fue analizada por Bibra estaba formada por un 29 % de carbonato de cal y magnesio, un 34 % de sales potásicas, un 3 % de tierra arcillosa y hierro, un 17 % de elementos insolubles de tierra arcillosa, tierra silícea y hierro, un 5 % de carbono y un 10 % de agua.)

Hay muchas pruebas que demuestran que los indios, cuando se encuentran bajo la influencia de la coca, pueden resistir extraordinarias pruebas físicas y realizar trabajos muy duros sin necesidad de tomar una alimentación adecuada durante ese tiempo. Valdez y Palacios afirma que gracias a la coca los indios son capaces de caminar cientos de horas seguidas y correr más que un caballo sin mostrar signos de fatiga. CasteInau, Martius, y Scrivener han confirmado este dato, y Humboldt habla también de ello en el relato de su viaje por las regiones ecuatoriales, donde afirma que éste era un hecho conocido generalmente por todo el mundo. Se cita frecuentemente el informe de Tschudi que habla de un cholo (mestizo) al que pudo observar de cerca. El hombre en cuestión realizó un duro trabajo de excavación durante cinco días y cinco noches sin dormir más que dos horas cada noche, y sin consumir nada que no fuera coca. Una vez terminado el trabajo acompañó a Tschudi en una excursión en mula de dos días. El mestizo hizo el recorrido a pie. Terminada su hazaña dijo que estaba dispuesto a hacerlo todo otra vez, sin comer, si le daban suficiente coca. Era un hombre de sesenta y dos años de edad y no había estado nunca enfermo.

En el Journey ol the Frigate «Novara» [Viaje de la fragata Novara] se relatan casos similares de aumento de la potencia física debidos al consumo de la coca. Weddell, von Meyen, Markham, e incluso Poeppig (a quien tenemos que agradecer multitud de informes difamatorios contra la coca) no pueden siro confirmar que esta droga produce los citados efectos. Desde que se conoció la utilización de la hoja de la coca, siempre ha producido asombro en todo el mundo.

Otras informaciones dan gran importancia a la capacidad de los «coqueros» (masticadores de coca) de abstenerse de tomar alimentos durante largos períodos de tiempo sin padecer ningún tipo de consecuencias negativas. Según Unanué, cuando en la ciudad de La Paz no podían conseguirse alimentos el año 1781, sólo sobrevivieron aquellos que tomaron coca. Según Stewenson los habitantes de muchas zonas de Perú ayunan durante uno o varios días sin dejar de trabajar, gracias al uso de la coca.

Ante todas estas informaciones y teniendo en cuenta el papel desempeñado por la coca en Sudamérica durante siglos, hay que rechazar la opinión expresada por algunos que afirman que el efecto de la coca es solamente imaginario y que, gracias a la práctica, los nativos sudamericanos son capaces de realizar las hazañas que se les atribuyen, sin necesidad de la coca. Podría esperarse que llegaran informaciones diciendo que los coqueros compensan su ayuno comiendo más en los intervalos entre los períodos durante los cuales se abstienen de comer, o que debido a su forma de vida entran en una rápida decadencia. Las informaciones dadas por los viajeros por lo que se refiere a la primera posibilidad no permiten extraer conclusiones; en cuanto a la segunda, testigos dignos de crédito han negado que sea cierta. Desde luego, Poeppig pintó una terrible imagen de la decadencia física e intelectual que según él es consecuencia inevitable de la utilización habitual de la coca. Pero todos los demás observadores afirman que el consumo moderado de coca fomenta la salud en lugar de limitarla, y que los coqueros alcanzan larga vida. Weddell y Mantegazza señalan, sin embargo, que una utilización exagerada de la coca produce una caquexia que se caracteriza físicamente por causar problemas digestivos, y una gran delgadez, mientras que mentalmente lleva a la depravación moral y a una total apatía frente a todo lo que no sea el disfrute del estimulante. También los blancos sucumben a veces y caen en este estado, muy similar al de los síntomas del alcoholismo crónico y de la morfinomanía. De todas formas, normalmente la coca no se toma en cantidades exageradas y nunca se utiliza para compensar una posible desproporción entre los alimentos tomados y el trabajo realizado por los coqueros.

Las hojas de coca en Europa: la cocaína

Según Dowdswell, la primera persona que recomendó la coca fue el doctor Monardes (Sevilla, 15ó9), cuyo texto apareció en traducción inglesa en 1596. Al igual que los Informes redactados posteriormente por el jesuita P. Antonio Julián, y el doctor Pedro Crespo, ambos desde Lima, el artículo de Monardes alaba los maravillosos efectos de la planta en la lucha contra el hambre y la fatiga. Estos dos autores confiaban en los beneficios que se obtendrían si se introducía la coca en Europa. La planta fue traída por fin a este continente en 1749; hizo su descripción A. L. de Jussieu, que la clasificó dentro del género Erythroxy1on. En 178ó apareció en la Encyc1opédie Méthodique Botanique de Lamarck con el nombre de Erythroxy1on coca. Las informaciones de viajeros como Tschudi y Markham, entre otros, demostraron que los efectos de la planta no se confiaban únicamente a la raza india.

Tras vivir algunos años en las regiones andinas, Paolo Mantegazza publicó en 1859 sus descubrimientos sobre los efectos fisiológicos y terapéuticos de las hojas de coca en todo el mundo. Mantegazza es un gran defensor de la coca e ilustra la versatilidad de sus utilizaciones terapéuticas presentando informes de varios casos de aplicación. Su artículo despertó mucho interés pero poca confianza. Sin embargo, he comprobado la corrección de tantas observaciones del artículo de Mantegazza, que me siento inclinado a aceptar todo cuanto dice incluso en los casos que no he tenido oportunidad personal de confirmar.

El doctor Scherzer, miembro de la expedición de la fragata austríaca Novara, a su regreso a Viena en 1859 trajo unas hojas de coca y envió algunas al profesor Wöh1er para que las examinara. Fue Niemann, un alumno de este profesor, quien aisló el alcaloide cocaína a partir de las hojas. A su muerte, Lossen, también alumno de Wöhler, continuó la investigación de las sustancias contenidas en las hojas de coca.

La cocaína de Niemann cristaliza en prismas grandes incoloros de cuatro a seis lados, de tipo monoclínico. Tiene un sabor algo amargo y produce un efecto anestésico de las membranas mucosas. Se funde a 98º C, es difícil de disolver en agua, pero en cambio se disuelve fácilmente en alcohol, éter y ácidos diluidos. Combinada con el cloruro de platino y el cloruro de oro forma sales dobles. Al calentarla con ácido hidroclorídrico, su estructura se rompe y da lugar a ácido benzoico, alcohol metílico y una base poco estudiada llamada ecgonina. La fórmula de la cocaína establecida por Lossen es: C17 H24 N04. Debido a su alto grado de solubilidad en agua, las sales que forma con el ácido hidroclorídrico y el ácido acético son especialmente adecuadas para sus utilizaciones terapéuticas.

Además de la cocaína, las hojas de coca contienen: ácido cocatánico, una cera especial, y una base volátil de olor parecido al de la trimetilamina, y que Lossen aisló en forma de un aceite viscoso de color amarillo claro. Según las informaciones de los químicos, las hojas de coca contienen algunas otras sustancias que todavía no han sido descubiertas.

Desde que se tuvo conocimiento de la cocaína, numerosos observadores han estudiado los efectos que tiene la coca en animales y en hombres sanos y enfermos; a veces han utilizado un preparado llamado cocaína, y otras veces las mismas hojas de coca, en forma de infusión o a la manera de los indios. En Austria, Schroff padre llevó a cabo los primeros experimentos con animales en 18ó2; también han publicado informaciones sobre la coca Rankl (18ó0), Fronmüller (18ó3), y Neudórfer (1870). En cuanto a los trabajos realizados en Alemania, merecen mencionarse las recomendaciones terapéuticas de Clemens (18ó7), los experimentos con animales de von Anrep (1880) y los experimentos realizados por Aschenbrandt con soldados agotados (1883).

En Inglaterra, A. Bennett llevó a cabo los primeros experimentos con animales en 1874; en 187ó los informes del presidente de la Asociación Británica de Médicos, Sir Robert Christison, crearon un gran revuelo; y cuando un médico envió una carta al Brítish Medical Journal diciendo que un tal señor Weston (que había asombrado a los círculos científicos de Londres por sus notables hazañas andariegas) masticaba hojas de coca, esta planta se convirtió durante algún tiempo en tema de interés general. Ese mismo año (187ó) Dowdeswell publicó los resultados de un experimento totalmente ineficaz llevado a cabo en el laboratorio del University College, y parece que después ya no ha habido en Inglaterra nadie que estuviera dispuesto a continuar investigando.

De los textos franceses sobre el tema hay que mencionar los siguentes: Rossier (18ó1), Demarle (18ó2), la monografía de Gosse sobre la Erythroxylon coca (18ó2), Reiss (18óó), el Etude sur la coca du Pérou, de Lippinann (18ó8), Moreno y Maíz (18ó8), que dio algunos datos nuevos sobre la cocaína, Gazcau (1870), Collins (1877), y Marvaud, cuyo libro Les aliments d'épargne (1874) es el único que he tenido a mi disposición.

En Rusia Nikolsky, Danini (1873), y Tarjanov (1872) se centraron sobre todo en el estudio de los efectos que la cocaína produce en los animales. En los últimos años han aparecido en los Estados Unidos muchos informes, todos ellos publicados en la Detroit Therapeutic Gazette. En su mayoría hablan del éxito obtenido en la aplicación de preparados de cocaína para usos terapéuticos.

Las primeras investigaciones mencionadas aquí condujeron a una gran desilusión y a la creencia de que los efectos que tanto entusiasmo habían despertado en los informadores que hablaban desde Sudamérica no podían producirse en Europa. Las investigaciones realizadas por Schroff, Fronmüller y Dowdeswell tuvieron efectos negativos o insignificantes. Los fracasos se debieron a varios motivos. No cabe duda de que la calidad de los preparados fue en gran parte responsable de ello. En cierto número de casos los propios investigadores expresan sus dudas sobre la calidad de sus preparados; y cuando creen en las informaciones dadas por viajeros piensan que los efectos de la coca deben ser causados por algún elemento volátil contenido. Para ello se basan en las informaciones de Poeppig y otros, que afirman que en América misma se consideran inútiles las hojas almacenadas durante mucho tiempo. Los experimentos llevados a cabo recientemente con la cocaína preparada por Merk [sic] en Darinstadt justifican la afirmación según la cual la cocaína es el auténtico agente de los efectos de las hojas de coca. Y estos efectos pueden producirse tanto en Sudamérica como en Europa, y ser muy beneficiosos.

El efecto de la cocaína en los animales

Sabemos que los animales de las diversas especies -y hasta diferentes individuos dentro de una misma especie- varían notablemente en las características químicas que determinan la receptividad del organismo a las sustancias extrañas. Por esta razón no debemos presuponer que el efecto de la coca vaya a ser en los animales igual al que se dice que produce en el hombre. Nos bastará por el contrario llegar a comprender la forma de actuación de la cocaína en los hombres y los animales desde un punto de vista unificado.

Debemos a von Arirep los más exhaustivos experimentos en torno a los efectos producidos por la coca en los animales. Antes de él también realizaron experimentos de este tipo Schroff padre, Moreno y Maíz, Tarjanov, Nikolsky, Danini, A. Bennett, y 0tt. La mayoría de estos investigadores administraron el alcaloide oral o subcutáneamente.

El resultado más general de todos estos experimentos es que, en pequeñas dosis, la coca tiene efectos estimulantes, mientras que en grandes dosis produce un efecto paralizante; esta acción se da en ambos casos sobre el sistema nervioso. En los animales de sangre fría es especialmente notable el efecto de parálisis; en cambio, en los animales de sangre caliente son más notables los efectos estimulantes.

Según Schroff, la cocaína produce en las ranas un estado soporífero acompañado por la parálisis de los músculos voluntarios. Moreno y Maíz, Danini, NikoIsy y Ott han llegado prácticamente al mismo descubrimiento. Moreno y Maíz dice que la parálisis general que producen las dosis moderadas es precedida por el tétanos; en las mismas condiciones Nikolsky describe una fase de excitación del sistema muscular, mientras que Danini afirma no haber observado nunca esos espasmos.

Del mismo modo, von Atirep informa del efecto paralizador de la cocaína en las ranas tras un corto período de excitación. Al principio quedan afectadas las terminaciones nerviosas sensoriales y después todo el nervio sensorial; la respiración empieza acelerándose y después se paraliza; y el funcionamiento del corazón se va haciendo progresivamente más lento hasta que se produce un fallo de la diástole. Bastan dosis de dos miligramos para que se produzcan síntomas de envenenamiento.

Según las informaciones dadas por Schroff de sus experimentos con conejos (llenas de contradicciones de detalle), la coca produce en estos animales espasmos múltiples, aumento de los ritmos respiratorio y del pulso, dilatación de las pupilas, y muerte convulsiva. La eficacia del envenenamiento depende en cierto grado de la forma de aplicación. Según Danini, el envenenamiento de los animales de sangre caliente produce al principio agitación, manifestada en saltos y carreras constantes, y después una paralización de las funciones musculares. En la última fase aparecen unos calambres espasmódicos. Tarjanov descubrió un aumento de la secreción mucosa en perros a los que se había suministrado una dosis de coca, y también la aparición de azúcar en la orina.

En los experimentos de von Anrep los efectos de la cocaína en animales de sangre caliente, incluso administrando grandes dosis, se manifiestan primero en forma de una fuerte agitación psíquica y excitación de los centros cerebrales que controlan el movimiento voluntario. Después de administrar dosis de 0.01 gramos de cocaína por kilogramo de peso, los perros muestran evidentes signos de excitación alegre y una compulsión maníaca a moverse. A partir del carácter de estos movimientos, von Anrep encuentra pruebas de que todos los centros nerviosos quedan afectados por el estímulo, e interpreta los movimientos de vaivén de la cabeza que percibió como irritación procedente de los canales semicirculares. Las otras manifestaciones de la intoxicación por cocaína son la aceleración de la respiración, un gran aumento del ritmo del pulso debido a una parálisis previa del vago, dilatación de las pupilas, aceleración de los movimientos intestinales, aumento de la presión sanguínea y disminución de las secreciones. Incluso después de la administración de dosis suficientemente grandes como para producir convulsiones muy notables, síntomas de parálisis y muerte debida a lo. paralización del centro respiratorio, la sustancia del músculo estriado permanece intacta. Von Anrep no establece cuál es la dosis letal para los perros. Para los conejos es de 0.10 gramos, y para los gatos de 0.02 gramos por kilogramo de peso.

Cuando la médula espinal es separada de la oblongata, la cocaína no produce calambres ni aumentos de la presión sanguínea (Danini); cuando la parte dorsal de la médula espinal es cortada, los espasmos producidos por la cocaína ocurren en las extremidades anteriores, pero no en las posteriores (von Anrep). Danini y von Anrep suponen, en consecuencia, que la cocaína afecta primordialmente la zona vital de la médula oblongata.

Debería añadir aquí que solamente Schroff padre habla de la cocaína como narcótico y la clasifica junto al opio y el cannabis. Casi todos los demás la colocan junto a la cafeína, etc.

El efecto de la cocaína en un cuerpo humano sano

He llevado a cabo experimentos y he estudiado, en mí mismo y en otros, los efectos de la coca en un cuerpo humano sano. Los resultados que he obtenido concuerdan básicamente con la descripción que hace Mantegazza de los efectos de las hojas de coca.

La primera vez tomé 0.05 gramos de cloruro de cocaína en una solución acuosa al 1 %. En esa ocasión, y debido a la fatiga, me encontraba algo abatido. La solución que he indicado es bastante viscosa, algo opalescente, y tiene un extraño olor aromático. Al principio su sabor es amargo, que luego se transforma en unos sabores agradables muy aromáticos. La sal de cocaína seca tiene el mismo sabor y olor, pero en un grado mayor de concentración.

Al cabo de pocos minutos de haber tomado cocaína se siente bruscamente una sensación de optimismo y ligereza. Se nota como si los labios y el paladar estuvieran recubiertos de pelos, y después se tiene sensación de calor en esas mismas zonas. Si se bebe agua fría en ese momento, se nota como si estuviera caliente en los labios y fría en la garganta. En otras ocasiones la sensación predominante es un frescor muy agradable en la boca y la garganta.

Durante esta primera prueba sentí durante un corto período efectos tóxicos, que no se repitieron en posteriores experimentos. La respiración se hizo más lenta y profunda, y me sentí cansado y soñoliento. Bostezaba frecuentemente y me sentía algo embotado. La acción propia de la cocaína empezó al cabo de unos minutos. La típica euforia se vio precedida por unos repetidos eructos refrescantes. Inmediatamente después de tomar cocaína noté una ligera desaceleración del pulso y después una moderada aceleración.

He observado estos mismos signos físicos de la cocaína en otras personas que, en su mayoría, eran de mi misma edad. El síntoma que aparece más comúnmente es el de los eructos repetidos. A menudo van acompañados por unos ruidos sordos que se originan en las partes superiores de los intestinos. Dos de las personas a las que observé, y que declararon ser capaces de reconocer los movimientos de su estómago, declararon sin asomo de duda que habían detectado claramente esos movimientos. A menudo, cuando empezaba el efecto de la cocaína, los sujetos decían experimentar una intensa sensación de calor en la cabeza. Yo lo noté personalmente en mí mismo en posteriores experimentos, pero en ocasiones el fenómeno no se presentaba. Solamente en dos casos produjo la cocaína sensación de mareo. En conjunto, los efectos tóxicos de la coca son de corta duración, y mucho menos intensos que los producidos por dosis eficaces de quinina o salicilato de soda. Estos efectos parecen debilitarse más aún con el uso repetido de la cocaína.

Mantegazza enumera los siguientes efectos ocasionales de la coca -critemas temporales, aumento de la cantidad de orina, sequedad de las membranas mucosas conjuntiva y nasal. El efecto de la sequedad de boca y garganta es corriente y dura varias horas. Algunos observadores (Marvaud y Collan) hablan de un ligero efecto catártico. La orina y las heces adquieren, según algunos informadores, el olor de la coca. Hay, según los casos, muy variadas informaciones respecto a la forma en que afecta el ritmo del pulso. Según Mantegazza, la coca produce rápidamente un ,considerable aumento del ritmo del pulso, que se acelera incluso .más al aumentar la dosis; Collín también notó una aceleración del pulso después de tomar cocaína, mientras que Rossier Demarle y Marvaud experimentaron, tras la aceleración del principio, una desaceleración más prolongada del pulso después del primer efecto de aceleración. Christison notó en sí mismo, tras administrarse una dosis de coca, que el agotamiento físico producía un aumento del ritmo del pulso, menor que si no hacía movimientos fuertes. Reiss afirma que no aparece ningún efecto en el pulso. A mí no me parece difícil de explicar este desacuerdo; en parte se debe a la variedad de los preparados utilizados (infusión de las hojas en agua caliente, solución de cocaína en frío, etc.), y su forma de aplicación, y en parte a las variaciones de reacción según los individuos. Este último factor, como ya informó Mantegazza, es en general muy importante cuando se trata de la coca. Se dice que algunas personas no toleran la coca; por otro lado, he encontrado muchas personas a las que no afectaban dosis de 5 cg, cantidad que para mí y también para otros era una dosis eficaz.

El efecto psíquico del cloruro de cocaína en dosis de 0.05 a 0.10 gramos consiste en optimismo y una duradera euforia, que no muestra diferencia alguna con la euforia normal de una persona sana. No aparece la sensación de excitacion que acompaña los estímulos producidos por el alcohol. También produce la característica necesidad de emprender inmediatamente alguna actividad, típica del alcohol. Se nota un aumento del control de uno mismo y también que uno tiene gran vigor y es capaz de trabajar; por otro lado, si uno se pone a trabajar echa de menos ese aumento de la fuerza mental que el alcohol, el té o el café producen. Uno se encuentra sencillamente normal, y pronto le resulta difícil creer que se encuentra bajo los efectos de una droga.

Esto hace pensar que el estado de humor inducido por la coca en tales dosificaciones no se debe tanto al estímulo directo como a la desaparición de los elementos que causan la depresión. Se podría suponer, quizás, que la euforia que resulta de la buena salud no es más que algo normal en una corteza cerebral bien alimentada que «no es consciente» de los órganos del cuerpo al que pertenece.

Durante esta fase de los efectos de la cocaína, que no se distingue por nada más, aparecen los síntomas que han sido generalmente descritos como el maravilloso poder estimulante de la coca. Es entonces cuando es posible realizar prolongados trabajos intensos, tanto mentales como físicos, sin sentir fatiga. Es como si la necesidad de comer y dormir, que sin la coca se hacen sentir de forma perentoria en determinados momentos del día, quedara completamente eliminada. Mientras duran los efectos de la cocaína, si uno lo desea puede comer copiosamente y sin asco; pero se tiene la clara sensación de que la comida es innecesaria. Del mismo modo, cuando el efecto de la coca empieza a decaer, nada le impide a uno dormirse, pero también resulta posible suprimir el sueño sin que se produzcan consecuencias desagradables. Durante las primeras horas del efecto de la coca no se puede dormir, pero el hecho no resulta molesto en modo alguno.

He comprobado en mí mismo unas doce veces este efecto de la coca, que suprime el hambre, el sueño y la fatiga, y permite acentuar el esfuerzo intelectual; no he tenido oportunidad de realizar trabajos físicos.

Un colega muy ocupado me dio la oportunidad de observar un asombroso ejemplo de la forma en que la cocaína suprime la fatiga más extrema y también una sensación plenamente justificada de hambre; este colega, que no había comido desde primera hora de la mañana y que había trabajado en exceso, se tomó 0.05 gramos de cloruro de cocaína a las seis de la tarde. Al cabo de unos minutos declaró que se sentía como si hubiera tomado una comida abundante, que no deseaba cenar, y que se sentía lo suficientemente fuerte como para emprender una larga caminata.

Este efecto estimulante de la coca ha sido confirmado más allá de toda duda por una serie de informes dignos de crédito, de los que algunos son muy recientes.

Para realizar un experimento, Sir Robert Christison -que tiene setenta y ocho años- se cansó hasta llegar al agotamiento caminando veintidós kilómetros, sin comer. Al cabo de algunos días repitió el ejercicio con el mismo resultado. Durante el tercer experimento se administró 3.4 gramos de hojas de coca y pudo realizar el esfuerzo sin el agotamiento experimentado en anteriores ocasiones. Cuando llego a casa, y a pesar de haber estado nueve horas sin beber ni comer, no sintió hambre ni sed, y al despertarse a la mañana siguiente no sintió cansancio. En otra ocasión ascendió una montaña de novecientos metros de altura y llegó completamente agotado a la cumbre. Después realizó el descenso bajo la influencia de la coca, que le permitió hacerlo lleno de vigor juvenil y sin sensación de fatiga.

Clemens y J. Collan han tenido experiencias similares, y este último lo hizo después de caminar durante varias horas por la nieve; Masson dice que la coca es excelente «para una larga caminata»; Ascheribrandt informó recientemente que unos soldados de Baviera, agotados a consecuencia del esfuerzo y enfermedades debilitadoras, tras ingerir coca fueron sin embargo capaces de participar en las maniobras y marchas del ejército. Moreno y Maíz fue capaz de permanecer despierto noches enteras gracias a la coca; Mantegazza pudo permanecer cuarenta horas sin tomar alimentos. No nos equivocamos, por lo tanto, al afirmar que el efecto de la coca en los europeos es el mismo que el de las hojas de coca en los indios de Sudamérica.

El efecto de una dosis moderada de coca desaparece de forma tan gradual que, en circunstancias normales, es difícil definir su duración. Si después de tomar coca se trabaja con intensidad, al cabo de tres a cinco horas decae la sensación de bienestar y es necesario tomar otra dosis de coca para que no se produzca la fatiga. El efecto de la coca parece durar más tiempo si no se llevan a cabo grandes esfuerzos musculares. Todas las opiniones parecen unánimes al afirmar que la euforia inducida por la coca no va seguida por ninguna sensación de laxitud u otros estados depresivos. Creo que después de tomar dosis moderadas (de 0.05 a 0.10 gramos), parte del efecto de la coca dura más de veinticuatro horas. Puedo afirmar que, al menos en mi caso, incluso el día después de haber tomado coca mi estado es mejor de lo normal. Para explicar la posibilidad de un aumento duradero de la fuerza, que a menudo se ha dicho que es uno de los efectos de la coca, creo que basta con hacer referencia al conjunto de los efectos que produce.

A la luz de los informes que mencionaré posteriormente, parece probable que si la coca se usa durante largos períodos, pero en cantidades moderadas, no tiene efectos nocivos para el cuerpo. Ven Anrep trató a animales durante treinta días con dosis moderadas de cocaína y no detectó efectos negativos en sus funciones corporales. Me parece digno de destacar -y esto lo descubrí en mí mismo y en otros observadores capaces de juzgar tales aspectos- que ni una primera dosis ni una serie repetida de dosis de coca producen un deseo incontenible de volver a utilizar el estimulante; por el contrario, lo que se siente es cierta aversión inmotivada contra la sustancia. Esta circunstancia quizás sea en parte responsable del hecho de que la coca no sea utilizada ya desde hace tiempo en Europa como estimulante, a pesar de las efusivas recomendaciones que se han hecho en este sentido.

Mantegazza experimentó en sí mismo el efecto de dosis elevadas de coca, que le produjeron un estado de felicidad notablemente mayor que la que sentía antes de tomar coca, acompañado de un deseo de inmovilidad completa que, sin embargo, se veía interrumpido ocasionalmente por un violentísimo deseo de moverse. La analogía de estos resultados con los obtenidos por von Anrep en animales es inconfundible. Al aumentar aún más la dosis, Mantegazza se sumió en un sopore beato; el ritmo de sus pulsaciones se aceleró muchísimo y le subió algo la temperatura del cuerpo; comprobó que no podía hablar y que su caligrafía era poco firme; mas adelante experimentó espléndidas y vivas alucinaciones que al principio, aunque por poco tiempo, le causaron miedo, pero que a partir de entonces fueron alegres. Tampoco esta intoxicación por la coca le produjo ningún tipo de depresión, ni dejo en él ninguna señal. de haber pasado por un período de intoxicación. Moreno y Maíz también experimentó un deseo igualmente fuerte de moverse después de tomar dosis bastante elevadas de coca. Incluso después de administrarse treinta gramos de hojas de coca, Mantegazza no experimentó ninguna limitación de la conciencia. Un farmacéutico que trató de envenenarse tomando un gramo y medio de cocaína se sintió mareado y mostró síntomas de gastroenteritis, pero mantuvo incólume su conciencia.

Utilización terapéutica de la coca

Era inevitable que una planta que en su país de origen había alcanzado tal reputación por sus maravillosos efectos, fuera utilizada para el tratamiento de los más diversos desórdenes y enfermedades del cuerpo humano. Los primeros europeos que conocieron este tesoro de la población india recomendaron sin reservas la coca. Basándose en una amplia experiencia de médico, Mantegazza hizo posteriormente una lista de las propiedades terapéuticas de la coca, que fueron confirmadas una por una por otros doctores. En esta sección de mi ensayo he tratado de reunir en varios grupos las diversas recomendaciones que se han hecho sobre el uso de la coca y, al hacerlo, he intentado establecer una distinción entre las recomendaciones basadas en el tratamiento de enfermedades que han llegado a ser curadas y las que se basan en los efectos psicológicos producidos por el estimulante. En general, estos últimos son mas numerosos que los primeros. Actualmente parecen existir esperanzas de que la coca sea reconocida y ampliamente aceptada en los Estados Unidos, mientras que en Europa los médicos apenas si la conocen de nombre. El fracaso que ha tenido la coca en Europa, algo que en mi opinión es inmerecido, puede atribuirse quizás a la aparición de informes que han hablado de las consecuencias desfavorables de su utilización y que se publicaron muy poco después de la introducción de la coca en Europa. También es posible que sea debido a la dudosa calidad de los preparados, su relativa escasez y el elevado precio que, debido a estos últimos, ha tenido. Algunas de las pruebas que hablan en favor de la utilización de la coca han sido confirmadas más allá de toda posible duda, y otras merecen corno mínimo ser objeto de una investigación sin prejuicios. La cocaína de Merk [sic] y sus sales son preparados que tienen todos los efectos, o al menos los más esenciales, de las hojas de coca.


a) La coca como estimulante.

La principal utilización de la coca será seguramente la misma que ha tenido durante siglos entre los indios. En este sentido resulta valiosa en todos los casos en los que el objetivo primordial sea aumentar la capacidad física del cuerpo durante un período corto de tiempo o mantener grandes reservas de fuerzas para futuras exigencias, especialmente cuando las circunstancias exteriores excluyen la posibilidad de obtener el descanso y el alimento normalmente necesarios para realizar grandes esfuerzos. Este tipo de situaciones aparecen en tiempo de guerra, durante los viajes, en la escalada de montañas y en expediciones de otro tipo, etc. Se trata en muchos casos de ocasiones en las que se ha reconocido generalmente que los estimulantes alcohólicos resultan útiles. La coca es un estimulante mucho más fuerte y menos dañino que el alcohol, y su uso generalizado sólo se ve impedido actualmente por su elevado precio. Teniendo en cuenta el efecto producido por la coca en los indios de Sudamérica, un médico llamado Pedro Crespo (Lima, 1793) la recomendó ya en esa fecha tan temprana para que fuera utilizada en las naves europeas; Neudórfer (1870), Clemens (18ó7) y el médico militar mayor E. Charles recomendaron que además fuera utilizada por los ejércitos europeos. Las experiencias de Aschenbrandt deberían servir para que los dirigentes de los ejércitos tuvieran en cuenta la coca. Si se da la cocaína para producir efectos de estímulo, lo mejor es que se administre en dosis pequeñas pero eficaces (de 0.05 a 0.10 gramos) y que se repita la dosis tan a menudo que los efectos se superpongan. Aparentemente no es posible almacenar la cocaína en el cuerpo. Ya he subrayado que cuando terminan los efectos de la coca no se producen efectos de tipo depresivo.

En este momento todavía no es posible estimar hasta que Punto la coca puede aumentar los poderes mentales del hombre. Tengo la impresión de que una utilización de la coca durante largo tiempo puede llevar a una mejoría duradera sí las inhibiciones que se manifiestan antes de tomarla se deben simplemente a causas físicas o al agotamiento. Sin duda alguna, el efecto instantáneo de una dosis de coca no puede compararse al producido por una inyección de morfina; pero, como contrapartida, la coca no supone el grave riesgo para el cuerpo que implica la utilización continuada de la morfina.

Muchos médicos han pensado que la coca puede llegar a ocupar un puesto importante entre la serie de fármacos que administran los psiquiatras. Es bien sabido que éstos tienen una amplia gama de productos que les permiten ayudar a sus pacientes a reducir la excitación de los centros nerviosos, pero que no tienen ninguno que sirva para aumentar un funcionamiento menguado de esos centros. La coca ha sido por esta razón recetada para los más variados tipos de debilidad psíquica: histeria, hipocondría, inhibición melancólica, estupor y enfermedades similares. Se han comunicado algunos éxitos: por ejemplo, el jesuita Antonio Julián (Lima, 1787) habla de un culto misionero que fue liberado por la coca de una grave hipocondría; Mantegazza dice en alabanza de la coca que resultaba casi universalmente eficaz para mejorar los desórdenes funcionales que actualmente agruparnos bajo el nombre de neurastenia; Fliessburg habla de los excelentes resultados obtenidos con el uso de la coca en casos de «postración nerviosa»; y según Caldwell es el mejor tonificante para la histeria.

E. Morselli y G. Buccola llevaron a cabo experimentos en que durante varios meses administraron sistemáticamente a melancólicos. Les dieron un preparado de cocaína de acuerdo con la receta de Trommsdorf, en forma de inyecciones subcutáneas en las que la cantidad de cocaína variaba entre los 0.0025 y los 0.10 gramos por dosis. Después de uno o dos meses comprobaron que se había producido una ligera mejoría en el estado de sus pacientes: estaban más contentos, tomaban alimentos y disfrutaban de una digestión normal.

En general, la eficacia de la coca en casos de debilidad nerviosa y psíquica tiene que ser todavía investigada más a fondo. Cuando se haga, seguramente se llegará a conclusiones parcialmente favorables. Según Mantegazza la coca no es útil, y a veces resulta incluso peligrosa, en casos de cambio orgánico e inflamación del sistema nervioso.


b) La administración de coca en los trastornos digestivos del estómago. 

Esta es la utilización más antigua y con base más firme de esta sustancia, y al mismo tiempo la que mejor comprendemos. Según las afirmaciones unánimes de todas las autoridades, tanto las más antiguas como las más recientes (Julian, Martius, Unanué, Mantegazza, Binge1, Scrivener, Frank1 y otros) la coca resuelve todo tipo de problemas de dispepsia y los trastornos y debilidad que la acompañan, y logra una curación permanente cuando es utilizada durante un tiempo suficientemente prolongado. Yo mismo he realizado algunas observaciones en este campo.

Al igual que Mantegazza y Frankl, he experimentado personalmente cómo los dolorosos síntomas que siguen a las comidas exageradas -a saber, una sensación de presión y plenitud en el estómago, incomodidad y poca tendencia a trabajar- desaparecen con eructos después de tomar una pequeña dosis de cocaína (de 0.025 a 0.05 gramos).

En numerosas ocasiones ha logrado proporcionar este alivio a mis colegas, y pude observar dos veces que la sensación de náusea que seguía a un exceso gastronómico respondía positivamente al poco tiempo tras una administración de cocaína, dejando paso a unos deseos normales de comer y a una sensación de bienestar corporal. También he aprendido a prevenir en mí mismo los trastornos estomacales añadiendo una pequeña cantidad de cocaína al salicilato de soda.

Mi colega el doctor Josef Pollak me ha hecho el siguiente relato del asombroso efecto de la cocaína, que muestra que puede utilizarse no solamente para el tratamiento de molestias localizadas del estómago sino también para reacciones reflejas de carácter más grave; hay que deducir, en consecuencia, que la cocaína tienen un efecto muy fuerte en la membrana mucosa y el sistema muscular de este órgano:

Un hombre robusto de cuarenta y dos años de edad, a quien el doctor conocía muy bien, se vio forzado a seguir una dieta muy estricta y a horarios de comida prefijados; ésta era la única forma de evitar los ataques que sufría y que se describen a continuación. Era especialmente susceptible a ellos cuando iba de viaje o cuando estaba sometido a la influencia de cualquier clase de tensión emotiva. Los ataques seguían una pauta regular. Empezaban por la noche con una sensación de incomodidad en el epigastrium, después se le enrojecía la cara, asomaban lágrimas a sus ojos, tenía fuertes latidos en las sienes y un dolor muy violento en la frente. Todo ello acompañado de una fuerte sensación de depresión y apatía. Durante la noche no podía dormir; por la mañana aparecían violentos espasmos de vómito que duraban varias horas. A mediodía experimentaba cierto alivio y sí tomaba unas cucharadas de sopa tenía la sensación de que “al fin el estómago soltará la bala que tenía dentro desde hacía mucho”. A continuación soltaba un eructo de sabor rancio y por fin, al anochecer, volvía a la normalidad. El paciente no podía trabajar durante el día del ataque y tenía que guardar cama.

A las ocho de la mañana del diez de junio empezaron los síntomas habituales del ataque. A las diez de la noche, después de que se presentara el dolor de cabeza, el paciente tomó 0.075 gramos de cloruro de cocaína. Poco después experimentó una sensación de calor y ganas de eructar, pero dijo que «todavía no es suficiente». A las diez y media le fue administrada una segunda dosis de 0.075 gramos de cocaína. Los eructos aumentaron; el paciente notó cierto alivio y pudo escribir una larga carta. Dijo que sentía intensos movimientos en el estómago. A las doce de la noche, aparte un poco de dolor de cabeza, ya estaba normal, incluso alegre, y caminó una hora. No pudo dormir hasta las tres de la mañana, pero el hecho no le molestó. Despertó a la mañana siguiente, sano, dispuesto a trabajar y con buen apetito.

El efecto de la cocaína en el estómago -algo que también supone Mantegazza- es doble; por un lado estimula el movimiento, y por otro reduce la sensibilidad del órgano. Esto último era de esperar porque la cocaína produce un efecto análogo en las demás membranas mucosas. Mantegazza afirma haber conseguido unos éxitos rotundos en el tratamiento de la gastralgia y la enteralia, así como todas las afecciones dolorosas del estómago y los intestinos. Todo ello lo atribuye a las propiedades anestésicas de la coca. Sobre esta cuestión no puedo confirmar las experiencias de Mantegazza; sólo en una ocasión, en relación con un catarro gástrico, vi que la sensibilidad del estómago a la presión disminuía después de administrar coca. En otros casos observados por mí mismo, y que he oído mencionar a otros médicos, enfermos de los que se suponía que tenían úlceras o cicatrices en el estómago se quejaron de mucho dolor después de tomar coca; esto puede explicarse debido a que la coca aumenta el movimiento del estómago.

En consecuencia, la coca es muy indicada en casos de debilidad digestiva y para los llamados trastornos nerviosos del estómago. En estos casos se puede conseguir no solamente un alivio de los síntomas, sino también una mejoría duradera.


e) La coca en la caquexia. 

La utilización a largo plazo de la coca debe ser también muy recomendada -y según los informes médicos ha demostrado su eficacia en la práctica- en todas las enfermedades en las que se presenta la degeneración de los tejidos, como ocurre en las anemias graves, tisis, enfermedades prolongadas que cursan con fiebres altas, etc.; y también en los períodos de recuperación tras esas enfermedades. Así, McBean notó una firme mejoría en casos de fiebres tifoideas tratados con coca. En el caso de la tisis se dice que la coca logra limitar la fiebre y el sudor. En relación con una caso de tisis de diagnóstico confirmado, Peckham señala que después de administrar durante varios meses un extracto fluido de coca se produjo una notable mejoría en el estado del paciente. Hole habla de otro caso bastante grave en el que una falta crónica de apetito llevó al paciente a un estado de delgadez y agotamiento muy marcados; también aquí la coca devolvió la salud al paciente. R. Bartholow observa, en general, que la coca resulta útil para el tratamiento de la tisis y otros «procesos de desgaste». Mantegazza y varias autoridades más atribuyen a la coca la misma cualidad terapéutica valiosísima: la de limitar la degeneración del cuerpo y aumentar la fuerza en casos de caquexia.

Quizás se podría desear atribuir estos efectos de la coca al indudable efecto favorable que tiene en la digestión, pero sin despreciar este aspecto hay que tener en cuenta que muchos de los médicos que han escrito sobre la coca creen que esta sustancia permite el «ahorro», es decir, opinan que un sistema que ha absorbido cocaína, aunque sea en pequeñas cantidades, es capaz -debido a la reacción producida en el cuerpo por la coca- de acumular una cantidad mucho mayor de energía vital transformable en trabajo de lo que hubiera podido hacer el mismo cuerpo sin coca. Si la cantidad de trabajo es constante, el cuerpo que ha absorbido cocaína puede funcionar bien con un metabolismo reducido, lo cual supone a su vez que necesita menos cantidad de comida.

Esta suposición fue utilizada naturalmente para tratar de explicar, según von Voit , el efecto de la coca en los indios. La idea no se contradice con el principio de la conservación de la energía. Porque un trabajo que se alimenta de la comida o de los elementos de los tejidos implica una cierta pérdida en la utilización de la comida asimilado, o en la conversión en trabajo de la energía; esta pérdida puede quizás ser reducida si se dan determinados pases. De todas formas, no se ha demostrado que este proceso ocurra. Los experimentos que trataban de determinar la cantidad de orina eliminada usando coca y sin usarla, no han sido siempre realizados en condiciones que permitieran obtener tales conclusiones. Además, parece que los investigadores presuponían que la eliminación de la orina -factor que sabemos no afectado por el trabajo- podría proporcionar una medida del metabolismo general. Christison notó una ligera reducción de los elementos sólidos de su orina en los paseos en los que tomó coca; Lippmann, Demarle, Marvaud, y más recientemente Mason, también dedujeron de sus experimentos que el consumo de coca reduce la cantidad de eliminación por la orina. Por otro lado, Gazeau estableció un aumento de eliminación por la orina de un 11 a un 24 por ciento bajo la influencia de la coca. En su opinión, el aumento de la capacidad de trabajo del cuerpo y la posibilidad de abstenerse de comer que aparecen bajo la influencia de la coca se deben a que ésta hace más accesibles los materiales que ya están almacenados en el cuerpo. No se han realizado experimentos que estudien la eliminación de dióxido de carbono.

Voit demostró que el café, que también ha sido clasificado entre las sustancias que permiten el «ahorro», no tiene influencia en la descomposición de la albúmina en el cuerpo. De todas formas podemos considerar demostrado que la coca no es una «fuente de ahorro», como prueban algunos experimentos en los que se hizo pasar hambre a un grupo de animales, con y sin cocaína. En estos experimentos realizados por C. Bernard, Moreno y Maíz, Demarle, Gazcau y von Anrep, se observó la reducción del peso y el tiempo que resistían la inanición, y el resultado fue que los animales a los que se había administrado cocaína sucumbían a la inanición al mismo tiempo -y quizás incluso antes- que los que no habían tomado cocaína. Sin embargo, el hambre que padeció la ciudad de La Paz -un experimento llevado a cabo por la propia historia, y del que da cuenta Unanué- parece refutar esta conclusión, pues se dice que los habitantes que tomaron coca consiguieron librarse de morir de hambre. Sobre esta cuestión podríamos recordar que el sistema nervioso humano tiene una indudable, aunque oscura, influencia sobre la alimentación de los tejidos. Al fin y al cabo, un hombre sano puede perder peso debido a factores psicológicos.

Así, pues, las cualidades terapéuticas de la coca, de las que partimos al principio, no deben ser totalmente rechazadas. La excitación de los centros nerviosos, producida por la cocaína, puede tener una influencia favorable en la alimentación de un cuerpo víctima de un estado de acusado desgaste, aunque esa influencia podría muy bien no ser la de reducir el ritmo del metabolismo.

Quisiera añadir aquí que la coca ha sido calurosamente 

alabada en relación con el tratamiento de la sífilis. R. W. Taylor dice que mediante la coca aumenta la tolerancia del paciente al mercurio y que la caquexia del mercurio puede ser controlada con la administración simultánea de coca. J. Collan la recomienda como el mejor remedio contra la stomatitis mercurialis y dice que Pagvalin siempre la receta al mismo tiempo que todos los preparados de mercurio.

d) La coca en el tratamiento de la morfinomanía y el alcoholismo. 

En América se ha descubierto recientemente que los preparados de coca tienen el poder de suprimir el irresistible deseo de morfina que sienten los adictos, y reducir asimismo a proporciones inapreciables los graves síntomas que aparecen cuando el paciente es sometido a una cura de reducción de la morfina. Según mis informaciones (debidas en gran parte a la Detroit Therapeutic Gazette), W. H. Bentley anunció en mayo de 1878 que había sustituido el alcaloide que había creado ese deseo por la coca en el caso de una mujer adicta a la morfina. Al cabo de dos años, un artículo del doctor Palmer publicado en el Louisville Medical News, despertó gran interés por su tratamiento de los adictos a la morfina; durante los dos siguientes años aparecieron numerosos informes sobre la utilización de la coca para el tratamiento del hábito del opio en la revista médica de Detroit. A partir de entonces se hicieron menos frecuentes las informaciones que hablaban de curaciones, aunque no sé si fue debido a que el tratamiento quedó establecido como forma conocida de cura o porque dejó de practicarse. A juzgar por los anuncios de los fabricantes de productos farmacéuticos que aparecen en los números más recientes de las revistas norteamericanas, creo que lo que ha ocurrido es lo primero.

Hay unos dieciséis informes de casos en los que el paciente fue curado de su adicción. Solo en un caso habla un informe del fracaso de la coca en el tratamiento de la morfinomanía, y el médico que suscribe el informe se asombra de que haya habido tan calurosas recomendaciones de la cura por medio de la coca. No todos los casos de curación son igualmente rotundos. En algunos de ellos los pacientes habían tomado habitualmente y durante largo tiempo grandes dosis de opio o morfina. No hay muchas informaciones sobre el tema de las recaídas, pues en la mayor parte de los casos se publicaba el informe casi inmediatamente después de producida la cura. Tampoco se dan suficientes detalles de los síntomas que aparecen durante la abstención. Son especialmente valiosos los informes en los que se dice que los pacientes pudieron dejar de tomar coca al cabo de pocas semanas sin experimentar de nuevo el deseo de tomar morfina. Se presta especial atención al hecho de que la caquexia de la morfina fue sustituida por una excelente salud, hasta tal punto que los pacientes apenas si podían ser reconocidos después de su curación. En cuanto al método utilizado para la reducción y supresión de la droga que había dado lugar al hábito, la fórmula utilizada en la gran mayoría de los casos consistió en una reducción gradual de la dosis de la droga acompañada por un aumento gradual de la dosis de coca. Sin embargo, también se experimentó la supresión brusca de la droga. En este último caso Palmer dice que es necesario administrar cierta dosis de coca cuantas veces al día aparezca el deseo de tomar morfina. La dosis diaria de coca es reducida gradualmente hasta llegar el momento en que resulta posible abandonar totalmente el antídoto. Desde el primer momento, los ataques experimentados a causa de la abstinencia resultaron leves o se redujeron en intensidad al cabo de, pocos días. En casi todos los casos el propio paciente pudo llevar a cabo el tratamiento por sí solo, lo cual es muy importante si se tiene en cuenta que en Europa la cura de la morfinomanía sin la ayuda de la coca exige que el paciente sea vigilado en un hospital.

Una vez tuve ocasión de observar el caso de un hombre 

que fue sometido al tipo de cura en el que, con ayuda de la coca, se suprime repentinamente el suministro de morfina. Durante una cura anterior, este mismo paciente había padecido graves síntomas debido a la supresión de la morfina. Esta vez sus dificultades resultaron tolerables; mientras duraban los efectos de la coca no se presentaban signos de depresión ni de náusea, mientras que permanecían los del frío y la diarrea. El paciente no se vio obligado a permanecer en cama y podía vivir normalmente. Durante los primeros días de la cura consumió 3 decigramos de cloruro de cocaína diariamente, y al cabo de diez días pudo abandonar totalmente las tomas de coca.

Así, pues, el tratamiento de la adicción a la morfina mediante la coca no supone simplemente cambiar un tipo de adicción por otro: el adicto a la morfina no se convierte en un coquero. El uso de la coca se interrumpe al cabo de un tiempo. Por otro lado, lo que al sistema debilitado por la morfina le permite resistir a costa de síntomas sólo ligeros, la supresión de la morfina, en mi opinión no es resultado del fortalecimiento general que produce la coca. Pienso más bien que la coca tiene un efecto directamente antagónico frente a la morfina. En apoyo de esa hipótesis citaré las siguientes observaciones del doctor Josef Pollak sobre un caso tratado por él:

Una mujer de treinta y tres años había padecido durante muchos años una grave jaqueca menstrual que sólo se aliviaba con inyecciones de morfina. Aunque la señora en cuestión no tomaba nunca morfina ni experimentaba deseos de hacerlo cuando no padecía jaqueca, durante los ataques se comportaba como una adicta. Unas horas después de la inyección sufría una depresión intensa acompañada de trastornos biliares y ataques de vómito que sólo desaparecían tras una segunda inyección de morfina. Después reaparecían los síntomas, de forma que el ataque de jaqueca, con todas sus consecuencias, forzaba a la paciente a permanecer en la cama durante tres días en muy mal estado. Se intentó combatir la jaqueca con cocaína, pero el tratamiento no tuvo éxito, y fue necesario recurrir a las inyecciones de morfina. Pero en cuanto aparecieron los síntomas de intolerancia de la morfina, éstos fueron rápidamente aliviados con 1 decigramo de cocaína. El resultado fue que la paciente se recuperó de su ataque en mucho menos tiempo y sin necesitar tanta morfina como antes.

También se ha probado en los Estados Unidos el tratamiento del alcoholismo crónico por medio de la coca, paralelamente a su utilización contra la morfinomanía, y la mayor parte de los informes hablan conjuntamente de estas dos aplicaciones. En el tratamiento del alcoholismo hubo casos de éxito indudable en los que se suprimió o alivió el deseo irresistible de beber, al paso que se aligeraban las molestias dispépticas de los bebedores . En general, sin embargo, la supresión del deseo de beber por medio de la coca resultó más difícil que la supresión de la morfinomanía. En un caso, del que habla Bentley, el bebedor se convirtió en coquero. No hará falta ni sugerir la inmensa importancia económica que podría llegar a adquirir la coca como «fuente de ahorro», en otro sentido, si se confirmara su eficacia frente al alcoholismo.

e) La coca y el asma. 

Tschudi y Markham afirman que masticando hojas de coca se libraron de los síntomas normales de la llamada enfermedad de las montañas cuando escalaron los Andes. Estos síntomas son, entre otros, el jadeo, los fuertes latidos del corazón, vértigo, etc. Poizatló informa que logró detener los ataques de asma de un paciente gracias a la coca. Menciono esta propiedad de la coca porque parece admitir una explicación fisiológica. Von Atirep comprobó en sus experimentos con animales que se producía una temprana parálisis de ciertas ramificaciones del vago; y, por otra parte, tanto el asma provocado por la altitud como los ataques característicos de la bronquitis crónica pueden ser explicados como una excitación refleja que tiene su origen en las ramificaciones pulmonares del vago. Debería, por tanto, estudiarse la aplicación de la coca para el tratamiento de otras neurosis del vago.

f) La coca como afrodisíaco. 

Los nativos de Sudamérica, que. representaban a su diosa del amor con hojas de coca en la mano, no dudaban del efecto estimulante de la coca para los genitales. Mantegazza confirma que los coqueros conservan un alto grado de potencia hasta edades avanzadas, Menciona también casos de recuperación de la potencia y de desaparición de debilidades funcionales después de utilizar coca, aunque no cree que estos efectos se produzcan en todos los individuos. Marvaud está de acuerdo con la opinión que habla de los efectos estimulantes de la coca; otros autores recomiendan vivamente la coca como remedio para casos de debilidad funcional ocasionales y agotamientos temporales; y Bentley informa de un caso de este tipo curado gracias a la coca.

Tres de las personas a las que he administrado coca dijeron que habían sentido una violenta excitación sexual que atribuían sin dudarlo a la coca. Un joven escritor, que gracias a un tratamiento de coca pudo reanudar su trabajo tras una prolongada enfermedad, abandonó esta droga debido a los indeseables efectos secundarios que le producía.

g) Aplicaciones locales de la coca. 

La cocaína y sus sales tienen un notable efecto anestésico cuando se ponen en contacto con la piel y las membranas mucosas en solución concentrada; esta propiedad sugiere la posibilidad de utilizarla como anestésico local, sobre todo en relación con las afecciones de la membrana mucosa. Según Collín, Ch. Fauvel recomienda la cocaína para el tratamiento de las enfermedades de la faringe y dice que es «le tenseur par excellence des chordes vocales». Las propiedades anestésicas de la cocaína deberían hacerla muy adecuada para otras muchas aplicaciones.